07.12.2012 Views

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

te, le golpearon con espadas <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra hasta <strong>de</strong>jarle sin sentido.<br />

Uno <strong>de</strong> sus atacantes, apiadándose <strong>de</strong> él, le dio agua y permaneció<br />

a su <strong>la</strong>do hasta que se recuperó, y entonces Kojird<br />

cogió <strong>la</strong> espada <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> su benefactor y le golpeó hasta<br />

matarle.<br />

Si perdía un encuentro, jamás lo olvidaba. Permanecía a <strong>la</strong><br />

espera hasta que su enemigo estaba <strong>de</strong>sprevenido, en un lugar<br />

oscuro, acostado en <strong>la</strong> cama, incluso en el retrete, y entonces le<br />

atacaba con todo su ímpetu. Derrotar a Kojiro equivalía a hacerse<br />

con un enemigo imp<strong>la</strong>cable.<br />

Cuando se hizo mayor empezó a referirse a sí mismo como<br />

si fuese un genio. En esto había algo más que jactancia, pues<br />

tanto Jisai como Ittósai habían reconocido sus extraordinarias<br />

dotes. Tampoco inventaba nada cuando <strong>de</strong>cía haber aprendido<br />

a partir por <strong>la</strong> mitad gorriones en vuelo y haber creado su propio<br />

estilo. Esto hizo que <strong>la</strong> gente <strong>de</strong> <strong>la</strong> vecindad le consi<strong>de</strong>rase<br />

un «mago», apreciación con <strong>la</strong> que él estaba totalmente <strong>de</strong><br />

acuerdo.<br />

Nadie sabía con exactitud qué forma adoptaba <strong>la</strong> tenaz voluntad<br />

<strong>de</strong> dominio <strong>de</strong> Kojiro cuando estaba enamorado <strong>de</strong> una<br />

mujer, pero no podía haber ninguna duda <strong>de</strong> que se saldría con<br />

<strong>la</strong> suya. Sin embargo, personalmente no veía ninguna conexión<br />

entre su pericia con <strong>la</strong> espada y su manera <strong>de</strong> amar. No podía<br />

compren<strong>de</strong>r por qué disgustaba a Akemi cuando él <strong>la</strong> quería<br />

tanto.<br />

Mientras reflexionaba en sus problemas amorosos, reparó<br />

en una persona que se movía <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l árbol, ajeno a su presencia.<br />

—Vaya, ahí hay un hombre tendido —dijo el <strong>de</strong>sconocido.<br />

Se inclinó para mirarle mejor y exc<strong>la</strong>mó—: ¡Es ese bribón <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

taberna!<br />

Era el monje itinerante, el cual, quitándose el fardo que<br />

llevaba a <strong>la</strong> espalda, observó:<br />

—No parece herido y su cuerpo está caliente.<br />

Le palpó, encontró el cordón <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l obi <strong>de</strong> Matahachi,<br />

lo <strong>de</strong>sanudó y le ató <strong>la</strong>s manos a <strong>la</strong> espalda. Entonces se puso<br />

<strong>de</strong> rodil<strong>la</strong>s en <strong>la</strong> parte inferior <strong>de</strong> <strong>la</strong> espalda <strong>de</strong>l caído y tiró <strong>de</strong><br />

sus hombros hacia atrás, presionando <strong>de</strong> una manera consi<strong>de</strong>rable<br />

el plexo so<strong>la</strong>r. Matahachi volvió en sí emitiendo un gemi-<br />

48

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!