07.12.2012 Views

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

y sus servidumbres. Oyó el sonido me<strong>la</strong>ncólico <strong>de</strong> un caramillo,<br />

acompañado por los lentos acor<strong>de</strong>s <strong>de</strong> una armónica <strong>de</strong><br />

cañas. Imaginó a los <strong>de</strong>udos sentados en torno a un ataúd, esperando<br />

el alba. ¿Había llegado a sus oídos <strong>la</strong> melodía fúnebre<br />

antes <strong>de</strong> que tuviera conciencia <strong>de</strong> el<strong>la</strong>? Tal vez había <strong>de</strong>spertado<br />

un recuerdo subconsciente <strong>de</strong> <strong>la</strong>s vírgenes danzarinas <strong>de</strong><br />

Ise y su experiencia en <strong>la</strong> montaña Águi<strong>la</strong>. Las dudas roían su<br />

mente.<br />

Mientras se <strong>de</strong>tenía un momento para pensar en ello, observó<br />

que había rebasado el Shókokuji y ahora estaba sólo a<br />

unos centenares <strong>de</strong> varas <strong>de</strong>l p<strong>la</strong>teado río Kamo. A <strong>la</strong> luz reflejada<br />

en una pared <strong>de</strong> tierra, distinguió una figura quieta y oscura.<br />

<strong>El</strong> hombre se encaminó hacia él, seguido por una sombra<br />

más pequeña, <strong>la</strong> <strong>de</strong> un perro sujeto con una correa. La presencia<br />

<strong>de</strong>l animal tranquilizó a Musashi, pues su dueño no podía<br />

ser uno <strong>de</strong> sus enemigos, y pasó por su <strong>la</strong>do.<br />

<strong>El</strong> otro hombre dio unos pocos pasos, se volvió y le dijo:<br />

—¿Me permitís que os moleste un momento, señor?<br />

—¿Es a mí?<br />

—Sí, si no os importa. —Su gorro y el hakama eran como<br />

los que llevaban los artesanos.<br />

—¿Qué <strong>de</strong>seáis? —inquirió Musashi.<br />

—Perdonadme una pregunta peculiar, pero ¿no habéis<br />

reparado en una casa con todas <strong>la</strong>s luces encendidas en esta<br />

calle?<br />

—No he prestado mucha atención, pero no, no creo haber<strong>la</strong><br />

visto.<br />

—Supongo que he vuelto a equivocarme <strong>de</strong> calle.<br />

—¿Qué estáis buscando?<br />

—Una casa don<strong>de</strong> acaba <strong>de</strong> producirse una muerte.<br />

—No he visto <strong>la</strong> casa, pero he oído <strong>la</strong> música <strong>de</strong> una armónica<br />

y un caramillo unas cien varas atrás.<br />

—Ése <strong>de</strong>be <strong>de</strong> ser el lugar. Probablemente el sacerdote<br />

shintoísta llegó antes que yo y dio comienzo al funeral.<br />

—¿Vais a asistir a ese funeral?<br />

—No exactamente. Soy un constructor <strong>de</strong> ataú<strong>de</strong>s, <strong>de</strong> <strong>la</strong> colina<br />

Toribe. Me pidieron que fuera a <strong>la</strong> casa <strong>de</strong> Matsuo, así que<br />

fui a <strong>la</strong> colina Yoshida, pero ya no viven ahí.<br />

—¿La familia Matsuo <strong>de</strong> <strong>la</strong> colina Yoshida?<br />

215

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!