07.12.2012 Views

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Me han dicho que hay alguien enfermo. Bueno, ya no<br />

tiene remedio, pero por ese motivo he traído <strong>la</strong> leche.<br />

—¿Enfermo? Ah, sí..., mi compañera <strong>de</strong> viaje.<br />

—Es una lástima. De todos modos, me alegro <strong>de</strong> verte. Lo<br />

último que supe <strong>de</strong> ti fue lo que <strong>de</strong>cías en <strong>la</strong> carta que me trajo<br />

Jótaró cuando me dirigía a Nara.<br />

Matahachi inclinó <strong>la</strong> cabeza, confiando en que Musashi no<br />

mencionara <strong>la</strong>s jactanciosas predicciones que le hizo en aquel<br />

entonces.<br />

Musashi puso una mano sobre el hombro <strong>de</strong> Matahachi,<br />

pensando en lo grato que era verle <strong>de</strong> nuevo y en cuánto le<br />

gustaría tener una <strong>la</strong>rga conversación con él.<br />

—¿Quién viaja contigo? —preguntó inocentemente.<br />

—Oh, nadie, nadie que pueda interesarte. Es sólo...<br />

—No importa. Vayamos a alguna parte don<strong>de</strong> podamos<br />

hab<strong>la</strong>r.<br />

Mientras se alejaban <strong>de</strong> <strong>la</strong> posada, Musashi le preguntó:<br />

—¿Qué haces para ganarte <strong>la</strong> vida?<br />

—¿Quieres <strong>de</strong>cir si trabajo?<br />

—Exacto.<br />

—No tengo ningún talento ni habilidad especial, por lo que<br />

es difícil para mí entrar al servicio <strong>de</strong> un daimyo. Supongo que<br />

puedo <strong>de</strong>cir que no hago nada en particu<strong>la</strong>r.<br />

—¿Quieres <strong>de</strong>cir que has estado haraganeando durante todos<br />

estos años? —le preguntó Musashi, sospechando vagamente<br />

<strong>la</strong> verdad.<br />

—Dejémoslo. Decir esa c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> cosas me trae una infinidad<br />

<strong>de</strong> recuerdos <strong>de</strong>sagradables. —Su mente pareció retroce<strong>de</strong>r<br />

a aquellos días a <strong>la</strong> sombra <strong>de</strong>l monte Ibuki—. <strong>El</strong> gran<br />

error que cometí fue juntarme con Okó.<br />

—Sentémonos —le invitó Musashi, cruzando <strong>la</strong>s piernas y<br />

<strong>de</strong>jándose caer sobre <strong>la</strong> hierba. Se sentía un tanto exasperado.<br />

¿Por qué motivo Matahachi insistía en consi<strong>de</strong>rarse inferior?<br />

¿Y por qué atribuía sus problemas a los <strong>de</strong>más?—. Echas <strong>la</strong><br />

culpa <strong>de</strong> todo a Okó —le dijo—, pero ¿es ésa manera <strong>de</strong> hab<strong>la</strong>r<br />

para un hombre hecho y <strong>de</strong>recho? Nadie pue<strong>de</strong> crearte una<br />

c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> vida que merezca <strong>la</strong> pena, nadie salvo tú mismo.<br />

—Admito que me equivoqué, pero... ¿cómo podría <strong>de</strong>cirlo?<br />

Al parecer, soy incapaz <strong>de</strong> alterar mi <strong>de</strong>stino.<br />

275

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!