07.12.2012 Views

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—¿Por qué lo crees así? No soy esa c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> persona. No<br />

olvidaré lo mucho que hiciste por mí en el pasado.<br />

—¡Ah, cómo habláis <strong>la</strong>s jóvenes estos días! No sé cómo te<br />

<strong>la</strong>s ingenias para parecer tan dulce. Soy una mujer sincera y no<br />

puedo ocultar mis sentimientos con un montón <strong>de</strong> pa<strong>la</strong>bras<br />

ingeniosas. Sé que si te casas con Musashi serás mi enemiga.<br />

¡Ja, ja, ja! Debe <strong>de</strong> ser irritante para ti masajearme los hombros.<br />

La muchacha no le respondió.<br />

—¿Por qué lloras?<br />

—No estoy llorando.<br />

—¿Qué es entonces ese líquido que me ha caído en el<br />

cuello?<br />

—Lo siento, no he podido evitarlo.<br />

—¡Basta ya! Es como un bicho que me corriera por <strong>la</strong> piel.<br />

¡Deja <strong>de</strong> suspirar por Musashi y masajea con más brío!<br />

En el jardín se encendió una luz. Otsü pensó que probablemente<br />

era <strong>la</strong> doncel<strong>la</strong>, <strong>la</strong> cual solía traer <strong>la</strong> cena alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong><br />

aquel<strong>la</strong> hora, pero resultó ser un sacerdote.<br />

—Perdón por <strong>la</strong> molestia —dijo mientras subía a <strong>la</strong> terraza—.<br />

¿Es ésta <strong>la</strong> habitación <strong>de</strong> <strong>la</strong> viuda Hon'i<strong>de</strong>n? Ah, aquí<br />

estás.<br />

<strong>El</strong> farol que sostenía el recién llegado presentaba <strong>la</strong> inscripción<br />

«Kiyomizu<strong>de</strong>ra en el monte Otowa».<br />

—Permíteme que te explique —empezó a <strong>de</strong>cir—. Soy un<br />

sacerdote <strong>de</strong>l Shiando, colina arriba. —Dejó el farol en el suelo<br />

y sacó una carta <strong>de</strong> su kimono—. No sé quién era, pero esta<br />

tar<strong>de</strong>, poco antes <strong>de</strong> que se pusiera el sol, ha llegado al templo<br />

un joven rónin y preguntado si una anciana señora <strong>de</strong> Mimasaka<br />

estaba rezando allí. Le dije que no, pero que una fiel <strong>de</strong>vota<br />

qué respondía a su <strong>de</strong>scripción acu<strong>de</strong> <strong>de</strong> vez en cuando. Entonces<br />

me pidió un pincel y escribió esta carta. Quería que se <strong>la</strong><br />

entregara a <strong>la</strong> señora <strong>la</strong> próxima vez que se presente en el templo.<br />

Me he enterado <strong>de</strong> que te alojabas aquí y, como iba camino<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> avenida Gojó, he venido a entregárte<strong>la</strong>.<br />

—Has sido muy amable —le dijo Osugi cordialmente, ofreciéndole<br />

un cojín, pero el sacerdote se marchó <strong>de</strong> inmediato.<br />

«¿Y ahora qué?», pensó Osugi. Abrió <strong>la</strong> carta y, mientras <strong>la</strong><br />

leía, cambió <strong>de</strong> color.<br />

76

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!