07.12.2012 Views

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Y como un halcón, apareció un hombre que avanzaba hundiendo<br />

los pies en <strong>la</strong> nieve.<br />

Nervioso y ja<strong>de</strong>ante, Hyosuke dijo entre dientes:<br />

—Ya viene.<br />

Denshichiro se había enterado <strong>de</strong>l mensaje antes <strong>de</strong> oírlo y<br />

ya estaba en pie.<br />

—¿Ya viene? —repitió como un loro, pero sus pies pisoteaban<br />

automáticamente <strong>la</strong>s últimas brasas <strong>de</strong>l fuego.<br />

Hyosuke le informó <strong>de</strong> que Musashi se había tomado su<br />

tiempo al salir <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ógiya, como si le tuviera sin cuidado <strong>la</strong><br />

fuerte nevada.<br />

—Hace unos minutos subió los escalones <strong>de</strong> piedra <strong>de</strong>l santuario<br />

<strong>de</strong> Gion. Tomé una calle <strong>la</strong>teral para venir lo más rápido<br />

posible, pero aunque él caminara <strong>de</strong>spacio, no podía estar muy<br />

alejado <strong>de</strong> mí. Espero que estés preparado.<br />

—Humm, lo estoy... Vete <strong>de</strong> aquí, Hyosuke.<br />

—¿Dón<strong>de</strong> están los <strong>de</strong>más?<br />

—No lo sé, pero no quiero que estés aquí. Me pones nervioso.<br />

—Sí, señor.<br />

<strong>El</strong> tono <strong>de</strong> Hyosuke era <strong>de</strong> obediencia, pero no quería marcharse<br />

y tomó <strong>la</strong> <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> no hacerlo. Después <strong>de</strong> que<br />

Denshichiro hubiera pisoteado el fuego, extinguiéndolo en <strong>la</strong><br />

nieve a medio <strong>de</strong>rretir, y se volviera con un temblor <strong>de</strong> excitación<br />

hacia el patio, Hyosuke se agachó bajo el suelo elevado<br />

<strong>de</strong>l templo y permaneció en cuclil<strong>la</strong>s en <strong>la</strong> oscuridad. Aunque<br />

no había notado el viento en el espacio abierto, allí, bajo el<br />

edificio, le azotaba gélidamente. He<strong>la</strong>do hasta el tuétano, se<br />

abrazó <strong>la</strong>s rodil<strong>la</strong>s y trató <strong>de</strong> engañarse pensando que el castañeteo<br />

<strong>de</strong> sus dientes y los escalofríos que recorrían su espina<br />

dorsal sólo se <strong>de</strong>bían al frío y no tenían nada que ver con su<br />

temor.<br />

Denshichiro recorrió un centenar <strong>de</strong> pasos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el templo<br />

y adoptó una postura firme, apoyando un pie en <strong>la</strong> raíz <strong>de</strong> un<br />

alto pino. Esperó allí a su adversario con inequívoca impaciencia.<br />

<strong>El</strong> calor <strong>de</strong>l sake se había disipado rápidamente, y notaba<br />

<strong>la</strong> mor<strong>de</strong>dura <strong>de</strong>l frío en su carne. Que estaba perdiendo <strong>la</strong><br />

paciencia era evi<strong>de</strong>nte incluso para Hyósuke, el cual podía ver<br />

el patio con tanta c<strong>la</strong>ridad como si fuese pleno día.<br />

125

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!