07.12.2012 Views

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Leyó el breve mensaje y volvió a leerlo. «Ahora mismo <strong>de</strong>be<br />

<strong>de</strong> estar esperando. He <strong>de</strong> apresurarme.» Aunque creyó haber<br />

dicho estas pa<strong>la</strong>bras en voz alta, lo cierto era que no había<br />

emitido sonido alguno.<br />

Febrilmente escribió notas <strong>de</strong> agra<strong>de</strong>cimiento al propietario<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> casa, a los <strong>de</strong>más sacerdotes <strong>de</strong>l Ginkakuji y a todos<br />

aquellos que habían sido amables con el<strong>la</strong> durante su estancia.<br />

Había recogido sus pertenencias y, ya calzada con <strong>la</strong>s sandalias,<br />

estaba en el jardín antes <strong>de</strong> que se diera cuenta <strong>de</strong> que<br />

Jótaro seguía sentado <strong>de</strong>ntro, enfurruñado.<br />

—¡Vamos, Jó! ¡Date prisa!<br />

—¿Adon<strong>de</strong> vamos?<br />

—¿Todavía estás enfadado?<br />

—¿Y quién no lo estaría? Nunca piensas en nadie más que<br />

en ti misma. ¿Hay algo tan secreto en <strong>la</strong> carta <strong>de</strong> Musashi<br />

que ni siquiera pue<strong>de</strong>s enseñárme<strong>la</strong>?<br />

—Perdona —dijo el<strong>la</strong> en tono <strong>de</strong> disculpa—. No hay ninguna<br />

razón para que no <strong>la</strong> veas.<br />

—Olvídalo. Ya no me interesa.<br />

—No seas tan quisquilloso. Quiero que <strong>la</strong> leas. Es una carta<br />

maravillosa, <strong>la</strong> primera que me ha enviado. Y también es <strong>la</strong><br />

primera vez que me pi<strong>de</strong> que vaya a reunirme con él. Nunca<br />

me había sentido tan feliz en toda mi vida. Deja <strong>de</strong> poner ma<strong>la</strong><br />

cara y ven conmigo a Seta. Te lo pido por favor.<br />

En el camino que conducía al puerto <strong>de</strong> montaña <strong>de</strong> Shiga,<br />

Jótaró mantuvo un malhumorado silencio, pero finalmente<br />

arrancó una hoja para usar<strong>la</strong> como silbato y tarareó algunas<br />

tonadas popu<strong>la</strong>res para aliviar <strong>la</strong> opresión <strong>de</strong>l silencio nocturno.<br />

Otsü le ofreció por fin que hicieran <strong>la</strong>s paces.<br />

—Quedan algunos dulces en <strong>la</strong> caja que nos envió anteayer<br />

el señor Karasumaru —le dijo.<br />

Empezaba a amanecer y <strong>la</strong>s nubes más allá <strong>de</strong>l puerto se<br />

teñían <strong>de</strong> rosa antes <strong>de</strong> volver a su color habitual.<br />

—¿Te encuentras bien, Otsü? ¿No estás cansada?<br />

—Un poco. Todo el camino ha sido cuesta arriba.<br />

—A partir <strong>de</strong> ahora será más fácil. Mira, ya se ve el <strong>la</strong>go.<br />

—Sí, el <strong>la</strong>go Biwa. ¿Dón<strong>de</strong> está Seta?<br />

—En aquel<strong>la</strong> dirección. Musashi no estará allí tan temprano,<br />

¿no crees?<br />

290

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!