07.12.2012 Views

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

tropezar con <strong>la</strong> anciana. Con los ojos abiertos como p<strong>la</strong>tos, le<br />

preguntó:<br />

—¿Adon<strong>de</strong> ha ido?<br />

—¿No <strong>la</strong> has matado?<br />

—No, se escapó.<br />

—¡Idiota!<br />

—Mira, está allá abajo. Ésa es el<strong>la</strong>. ¡Allí!<br />

Otsü había corrido por un empinado terraplén y se había<br />

visto obligada a <strong>de</strong>tenerse porque <strong>la</strong> manga <strong>de</strong> su kimono se<br />

había enganchado en una rama. Sabía que no <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> estar<br />

lejos <strong>de</strong> <strong>la</strong> cascada, porque el ruido <strong>de</strong>l agua era muy fuerte.<br />

Cuando echó a correr <strong>de</strong> nuevo, sujetándose <strong>la</strong> manga <strong>de</strong>sgarrada,<br />

Matahachi y Osugi ya estaban muy cerca <strong>de</strong> el<strong>la</strong>, y cuando<br />

Osugi gritó: «¡La tenemos atrapada!», Otsü oyó <strong>la</strong> voz inmediatamente<br />

<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> el<strong>la</strong>.<br />

En el fondo <strong>de</strong>l barranco, <strong>la</strong> oscuridad ro<strong>de</strong>aba a Otsü<br />

como un muro.<br />

—¡Máta<strong>la</strong>, Matahachi! Está ahí, tendida en el suelo.<br />

Matahachi se entregó por completo a <strong>la</strong> espada. Saltó a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte,<br />

apuntó a <strong>la</strong> forma oscura y <strong>de</strong>scargó <strong>la</strong> hoja salvajemente.<br />

—¡Diablesa! —gritó.<br />

Entre el crepitar <strong>de</strong> <strong>la</strong>s ramas se oyó un grito <strong>de</strong> agonía.<br />

—¡Toma esto y esto! —Matahachi golpeó tres, cuatro veces,<br />

una y otra vez hasta que pareció que <strong>la</strong> espada iba a partirse<br />

en dos. Estaba borracho <strong>de</strong> sangre, sus ojos escupían fuego.<br />

Entonces todo terminó. Se hizo el silencio.<br />

Sosteniendo <strong>la</strong> espada <strong>de</strong>smayadamente, Matahachi recuperó<br />

poco a poco el sentido, y su semb<strong>la</strong>nte pali<strong>de</strong>ció. Se miró<br />

<strong>la</strong>s manos y <strong>la</strong>s vio cubiertas <strong>de</strong> sangre, se palpó <strong>la</strong> cara y también<br />

allí había sangre, al igual que en sus ropas. Sintió que <strong>la</strong><br />

cabeza le daba vueltas, angustiado al pensar que cada gota <strong>de</strong><br />

sangre era <strong>de</strong> Otsü.<br />

—¡Espléndido, hijo! Por fin lo has hecho. —Osugi, ja<strong>de</strong>ando<br />

más por el júbilo que a causa <strong>de</strong> <strong>la</strong> fatiga, se puso <strong>de</strong>trás <strong>de</strong><br />

él y, apoyándose en su hombro, contempló el fol<strong>la</strong>je <strong>de</strong>strozado—.<br />

Qué feliz me siento al ver esto —dijo, exultante—. Lo<br />

hemos hecho, hijo mío. He sido aliviada <strong>de</strong> <strong>la</strong> mitad <strong>de</strong> mi carga<br />

y ahora puedo llevar <strong>de</strong> nuevo <strong>la</strong> cabeza alta en el pueblo.<br />

¿Qué te ocurre? ¡Rápido! ¡Córtale <strong>la</strong> cabeza!<br />

90

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!