07.12.2012 Views

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

aptor, pensó en lo maravilloso que sería ser transformada en<br />

serpiente, como <strong>la</strong> que ahora veía pintada en una p<strong>la</strong>ca. Estaba<br />

enrol<strong>la</strong>da en un tronco <strong>de</strong> sauce y silbaba a un hombre que <strong>la</strong><br />

mal<strong>de</strong>cía.<br />

—Hemos tenido suerte —murmuró Matahachi. Suspirando<br />

aliviado, empujó a <strong>la</strong> muchacha al interior <strong>de</strong>l santuario y<br />

apoyó todo su peso en <strong>la</strong> puerta <strong>de</strong> rejas, mirando fijamente el<br />

pequeño bote que entraba en una ca<strong>la</strong> a unas cuatrocientas varas<br />

<strong>de</strong> distancia.<br />

Su jornada había sido agotadora. Cuando intentaba usar <strong>la</strong><br />

fuerza bruta contra el<strong>la</strong>, Otsü <strong>de</strong>jaba c<strong>la</strong>ro que prefería morir a<br />

someterse. Incluso amenazó con suicidarse cortándose <strong>la</strong> lengua<br />

<strong>de</strong> un mordisco, y Matahachi <strong>la</strong> conocía lo bastante bien<br />

para saber que no era una amenaza gratuita. Su frustración le<br />

llevó al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> asesinar<strong>la</strong>, pero esa i<strong>de</strong>a minaba sus fuerzas y<br />

enfriaba su lujuria.<br />

No podía compren<strong>de</strong>r por qué Otsü amaba a Musashi y no<br />

a él cuando, durante tanto tiempo, había sido lo contrario.<br />

¿Acaso <strong>la</strong>s mujeres no le preferían a su antiguo amigo? ¿No<br />

había sido siempre así? ¿No se sintió Okó atraída <strong>de</strong> inmediato<br />

por él en cuanto se vieron? C<strong>la</strong>ro que sí. Sólo había una explicación<br />

posible: Musashi le difamaba a sus espaldas. Al pensar<br />

en <strong>la</strong> traición <strong>de</strong>l que había sido su amigo, Matahachi se puso<br />

furioso.<br />

—¡Valiente asno estúpido y simplón estoy hecho! ¿Cómo<br />

he podido permitir que me pusiera en ridículo <strong>de</strong> ese modo?<br />

¡Pensar que se me saltaron <strong>la</strong>s lágrimas al oírle hab<strong>la</strong>r <strong>de</strong> amistad<br />

eterna, <strong>de</strong> cómo <strong>la</strong> atesoraba él! ¡Ja!<br />

Se reprendió por haber hecho caso omiso a <strong>la</strong> advertencia<br />

<strong>de</strong> Sasaki Kojiró, <strong>la</strong> cual resonaba en sus oídos: «Confía en ese<br />

bribón <strong>de</strong> Musashi y llegará el día que lo <strong>la</strong>mentarás».<br />

Hasta aquel día había osci<strong>la</strong>do entre el agrado y el <strong>de</strong>sagrado<br />

con respecto al amigo <strong>de</strong> su infancia, pero ahora le odiaba.<br />

Y aunque no podía <strong>de</strong>cir<strong>la</strong> en voz alta, una solemne plegaria<br />

por <strong>la</strong> eterna con<strong>de</strong>nación <strong>de</strong> Musashi surgió <strong>de</strong> lo más profundo<br />

<strong>de</strong> su ser.<br />

Se había convencido <strong>de</strong> que Musashi era su enemigo, nacido<br />

para frustrarle a cada paso y finalmente <strong>de</strong>struirle. «Ese<br />

maldito hipócrita —se dijo—. Me ve al cabo <strong>de</strong> tanto tiempo y se<br />

330

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!