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Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

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—De modo que sigues sin po<strong>de</strong>r prescindir <strong>de</strong> el<strong>la</strong>, ¿eh?<br />

Bien, si eso es lo que sientes, no eres mi hijo ni soy tu madre. Si<br />

no pue<strong>de</strong>s cortarle <strong>la</strong> cabeza a esa <strong>de</strong>svergonzada, por lo menos<br />

córtame <strong>la</strong> mía. <strong>El</strong> golpe final, por favor.<br />

Matahachi reflexionó en que los niños acostumbran a incomodar<br />

a sus padres, pero a veces ocurre todo lo contrario. Osugi<br />

no sólo le estaba intimidando con amenazas sino que le colócaba<br />

en <strong>la</strong> situación más difícil <strong>de</strong> su vida. Ver a su madre fuera<br />

<strong>de</strong> quicio le afectaba en lo más hondo.<br />

—¡Basta, madre! ¡No lo hagas! De acuerdo, haré lo que<br />

<strong>de</strong>seas. ¡Me olvidaré <strong>de</strong> Otsü!<br />

—¿Eso es todo?<br />

—La castigaré. Te prometo que <strong>la</strong> castigaré con mis propias<br />

manos.<br />

—¿La matarás?<br />

—Pues... sí, <strong>la</strong> mataré.<br />

Osugi vertió lágrimas <strong>de</strong> júbilo. Enfundó su espada y cogió<br />

<strong>la</strong> mano <strong>de</strong> su hijo.<br />

—¡Bien por ti! Ahora hab<strong>la</strong>s como el futuro jefe <strong>de</strong> <strong>la</strong> casa<br />

<strong>de</strong> Hon'i<strong>de</strong>n. Tus antepasados estarán orgullosos <strong>de</strong> ti.<br />

—¿Lo crees <strong>de</strong> veras?<br />

—¡Ve y hazlo ahora mismo! Otsü está esperando ahí abajo,<br />

en Chirimazuka. ¡Date prisa!<br />

—Humm.<br />

—Escribiremos una carta para enviar<strong>la</strong> al Shippoji junto<br />

con su cabeza. Entonces todo el mundo en el pueblo sabrá<br />

que nuestra vergüenza ha sido reducida a <strong>la</strong> mitad, y cuando<br />

Musashi se entere <strong>de</strong> que ha muerto, su orgullo le obligará<br />

a venir a nuestro encuentro. ¡Qué glorioso!... ¡Apresúrate,<br />

Matahachi!<br />

—Tú espera aquí, ¿<strong>de</strong> acuerdo?<br />

—No. Te seguiré, pero no me <strong>de</strong>jaré ver. Si Otsü me ve,<br />

empezará a quejarse <strong>de</strong> que no he cumplido mi promesa, y eso<br />

sería embarazoso.<br />

—No es más que una mujer in<strong>de</strong>fensa —dijo Matahachi,<br />

levantándose lentamente—. No hay ningún problema para<br />

acabar con el<strong>la</strong>...; ¿por qué no esperas aquí? Te traeré su cabeza,<br />

no te preocupes por eso. No <strong>la</strong> <strong>de</strong>jaré escapar.<br />

—Mira, nunca pue<strong>de</strong>s ser lo bastante cuidadoso. Aunque<br />

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