07.12.2012 Views

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Un montón <strong>de</strong> nieve cayó como una cascada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una<br />

rama. Denshichiró se sobresaltó, pero Musashi seguía sin aparecer.<br />

Finalmente, incapaz <strong>de</strong> seguir sentado en silencio, Hyósuke<br />

salió <strong>de</strong> su escondite y gritó:<br />

—¿Qué le ha pasado a Musashi?<br />

—¿Todavía estás aquí? —le preguntó Denshichiró, encolerizado,<br />

pero estaba tan irritado como Hyosuke y no le or<strong>de</strong>nó<br />

que se marchara.<br />

Por tácito acuerdo mutuo, los dos caminaron uno hacia el<br />

otro. Se quedaron allí en pie, mirando en todas direcciones,<br />

cada uno repitiendo <strong>de</strong> vez en cuando que no le veía. Y cada<br />

vez su tono era más airado y más suspicaz.<br />

—¡Ese bastardo... ha huido! —exc<strong>la</strong>mó Denshichiró.<br />

—No es posible —insistió Hyósuke, y recapituló <strong>de</strong> nuevo<br />

cuanto había visto y por qué estaba seguro <strong>de</strong> que Musashi acabaría<br />

por presentarse.<br />

Denshichiró le interrumpió.<br />

—¿Qué es eso? —inquirió, mirando rápidamente hacia un<br />

extremo <strong>de</strong>l templo.<br />

Una ve<strong>la</strong> <strong>de</strong> l<strong>la</strong>ma temblorosa salía <strong>de</strong>l edificio <strong>de</strong> <strong>la</strong> cocina<br />

<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga sa<strong>la</strong>. Estaba c<strong>la</strong>ro que <strong>la</strong> sostenía un sacerdote,<br />

pero no podían distinguir <strong>la</strong> vaga figura que estaba tras él.<br />

Dos sombras y <strong>la</strong> pequeña l<strong>la</strong>ma, al atravesar el portal entre<br />

<strong>la</strong> cocina y el edificio principal, ascendieron por <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga<br />

terraza <strong>de</strong>l Sanjüsangendó.<br />

<strong>El</strong> sacerdote <strong>de</strong>cía en voz baja:<br />

—Aquí todo está cerrado <strong>de</strong> noche, por lo que no puedo<br />

<strong>de</strong>cirte nada. Esta noche había unos samurais calentándose en<br />

el patio. Pue<strong>de</strong> que sean <strong>la</strong>s personas por <strong>la</strong>s que preguntas,<br />

pero, como pue<strong>de</strong>s ver, ya se han ido.<br />

—Siento haberte molestado cuando dormías —le dijo el<br />

otro hombre—. Ah, ¿no hay dos hombres bajo ese árbol? Tal<br />

vez son ellos quienes dijeron que me esperarían aquí.<br />

—Bueno, no cuesta nada preguntárselo para salir <strong>de</strong> dudas.<br />

—Así lo haré. Ya puedo orientarme solo, así que, por favor,<br />

no te molestes más y regresa a tu habitación.<br />

—¿Vas a reunirte con tus amigos para gozar contemp<strong>la</strong>ndo<br />

<strong>la</strong> nieve?<br />

126

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!