07.12.2012 Views

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

Eiji Yoshikawa MUSASHI 3. El Camino de la Espada

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>la</strong> <strong>de</strong> una mariposa, pero en <strong>la</strong> esfera humana una so<strong>la</strong> muerte<br />

podía afectarlo todo, para bien o para mal. Ahora <strong>la</strong> única preocupación<br />

<strong>de</strong> Musashi era cómo morir con nobleza.<br />

Llegó a sus oídos el agradable sonido <strong>de</strong>l agua. Se arrodilló<br />

al pie <strong>de</strong> una alta roca, recogió con <strong>la</strong>s manos agua <strong>de</strong>l arroyo y<br />

<strong>la</strong> bebió con rapi<strong>de</strong>z. Estaba tan fría que le escoció <strong>la</strong> lengua, y<br />

confió en que eso fuese una indicación <strong>de</strong> que su espíritu estaba<br />

sereno y el valor no le había abandonado.<br />

Se tomó un momento <strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso y le pareció oír voces<br />

que le l<strong>la</strong>maban. ¿Otsü? ¿Jótaró? Sabía que no podía tratarse<br />

<strong>de</strong> Otsü, pues no era una mujer que perdiese el dominio <strong>de</strong> sí<br />

misma y le persiguiera en semejante momento. <strong>El</strong><strong>la</strong> le conocía<br />

<strong>de</strong>masiado bien para hacer una cosa así. Sin embargo, Musashi<br />

no podía eludir <strong>la</strong> impresión <strong>de</strong> que le l<strong>la</strong>maban. Miró atrás<br />

varias veces, confiando en ver a alguien. La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que pudiera<br />

sufrir ilusiones era <strong>de</strong>sconcertante.<br />

Pero no podía per<strong>de</strong>r más tiempo. Si llegaba tar<strong>de</strong>, no sólo<br />

habría roto su promesa sino que estaría en consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong>sventaja.<br />

Suponía que el momento i<strong>de</strong>al para un guerrero solitario<br />

que quisiera atacar a un ejército <strong>de</strong> adversarios sería el breve<br />

intervalo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que <strong>la</strong> luna se hubiera puesto pero<br />

antes <strong>de</strong> que el cielo estuviera totalmente iluminado.<br />

Recordó el antiguo proverbio: «Es fácil ap<strong>la</strong>star a un enemigo<br />

que está fuera <strong>de</strong> uno mismo, pero imposible <strong>de</strong>rrotar a<br />

un enemigo interior». Había jurado expulsar a Otsü <strong>de</strong> sus<br />

pensamientos, e incluso se lo había dicho así con franqueza<br />

cuando el<strong>la</strong> se aferraba a su manga. No obstante, parecía incapaz<br />

<strong>de</strong> eliminar <strong>de</strong> su mente <strong>la</strong> voz <strong>de</strong> <strong>la</strong> muchacha.<br />

Soltó una maldición entre dientes, y se dijo: «Estoy actuando<br />

como una mujer. ¡Un hombre con una misión <strong>de</strong> hombre no<br />

tiene que pensar en frivolida<strong>de</strong>s como el amor!».<br />

Apretó el paso hasta que corrió tan rápido como podía. Entonces,<br />

<strong>de</strong> improviso, vio allá abajo una cinta b<strong>la</strong>nca que se<br />

alzaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el pie <strong>de</strong> una montaña a través <strong>de</strong> los bambúes,<br />

árboles y campos. Era uno <strong>de</strong> los caminos que conducían al<br />

Ichijoji. Musashi se encontraba tan sólo a unas cuatrocientas<br />

varas <strong>de</strong>l punto don<strong>de</strong> se juntaba con los otros dos caminos. A<br />

través <strong>de</strong> <strong>la</strong> bruma lechosa, distinguió <strong>la</strong>s ramas <strong>de</strong>l gran pino<br />

<strong>de</strong> ancha copa.<br />

243

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!