Memoria detallada del - Jefatura de Gabinete de Ministros

4. DOCUMENTOS ANEXOS
4.1. UNIDAD EJECUTORA CENTRAL (UEC)
En 1989, las provincias iniciaron un duro ajuste. En la supervisión de esta
situación, el Foro Federal de Ministros de Economía Provinciales desempeñó un
significativo papel, actuando de manera coordinada y coordinando a su vez la
acción de las Provincias con el Ministerio de Economía de la Nación.
Este mismo Foro, a través de un grupo de seis Ministros (de las provincias de
Formosa, San Luis, Santa Fe, Salta, La Rioja y Chubut), había iniciado en marzo
de 1989 conversaciones en Washington tanto con el BID como con el Banco
Mundial, para identificar un programa que desde las provincias pudiera apoyar
transformaciones estructurales con un enfoque federal.
El Programa de Saneamiento Financiero y Desarrollo Económico de las
Provincias Argentinas (PSF y DEPA), fue identificado e iniciado por lo tanto por
los Ministros de Economía y Hacienda de las provincias argentinas con este
enfoque de gestión federal, inédito hasta ese entonces en la Argentina, y que le
confirió características distintivas, para iniciar una etapa de fuerte ajuste que le
permitiera a las provincias generar ahorro corriente para avanzar hacia las
reformas estructurales.
Los proyectos a financiar debían estar orientados a mejorar las cuentas fiscales
provinciales, generando ahorro corriente a través del aumento de los recursos
propios y/o la disminución del gasto. Un Plan de Acción Financiera e Inversiones
(PAFI) fue el instrumento ideado para medir el impacto de los subproyectos sobre
el ahorro corriente, el financiamiento de infraestructura pública, las reformas y la
mejora en la prestación de servicios, como método y disciplina fiscal para
promover el desarrollo económico.
El objetivo era fortalecer la capacidad de los gobiernos provinciales para
programar, evaluar, financiar, ejecutar y monitorear proyectos de reformas e
inversiones de alto impacto que fueran económicamente eficientes,
financieramente factibles, institucionalmente administrables y ambientalmente
sostenibles y gestaran y capacitaran recursos humanos en cada una de las
provincias, como forma de generar el camino de la autosustentabilidad de las
transformaciones estructurales.
La asistencia técnica y el financiamiento que posibilitaban estos programas con el
BID y el Banco Mundial, eran la única fuente de que se disponía en ese momento
por parte de las provincias para la emergencia económica y la reforma del Estado.
El proceso de reformas del Estado, la privatización de las empresas públicas y la
convertibilidad a nivel nacional y el efecto Tanzi, generaron un fuerte crecimiento
del Producto Bruto Interno hacia 1993/94 que, de alguna manera, relegó la
conciencia de la necesidad de seguir avanzando en las reformas estructurales en
las provincias.
En octubre de 1994 el sector público consolidado volvió a tener déficit y el país se
retiró del monitoreo del Fondo Monetario Internacional. El inicio, 20 de diciembre
de 1994, del proceso que daría lugar al “efecto Tequila” precipitó lo que a nivel de
las propias vulnerabilidades internas se había manifestado meses antes.