Memorias VII Congreso Internacional 2017

INTRODUCCIÓN
El Banco Interamericano de Desarrollo, considera a la microempresa como una
unidad de producción de subsistencia, que normalmente se encuentra al margen
del marco regulatorio, cuyo propietario realiza la mayoría de las funciones, sus
empleados suelen provenir del seno familiar y no hacen una separación entre los
recursos de la familia y los de la empresa (Berger, 1997).
A las microempresas se le reconoce una gran cantidad de atributos. Entre los
principales se encuentra su contribución en la promoción del desarrollo
económico, la generación de empleo y de bienestar social. Sin embargo, también
se le reconoce como la entidad productiva con mayores problemas, ya que un
gran número de estas operan bajo condiciones de ineficiencia productiva que les
impide iniciar procesos de acumulación e insertarse en la globalización
compitiendo directa o indirectamente para exportación (Alcala , De la O, &
Hernandez, 2002).
Una parte fundamental de la estrategia que tiene el actual Gobierno de la
República Mexicana para impulsar el sector, se encuentra centrado en la Reforma
Hacendaria, la cual busca fortalecer la capacidad financiera del estado, simplificar
el pago de impuestos, garantizar que quien gana más pague más al fisco y
combatir la informalidad (Videgaray, 2014).
La presente investigación se refiere al tema de los microempresarios y el Régimen
de Incorporación Fiscal (RIF). Este régimen forma parte importante de la reforma
hacendaria que entro en vigor en enero de 2014, el cual busca promover la
formalidad de las micro y pequeñas empresas de nuestro país. El RIF comprende
una gama de obligaciones fiscales electrónicas que se deberán cumplir, a
diferencia del Régimen de Pequeño Contribuyente (REPECO) que se
caracterizaba por su sencillez administrativa.