Memorias VII Congreso Internacional 2017

INTRODUCCIÓN
Los cambios en el entorno económico globalizado han provocado que las
organizaciones no sean percibidas sólo como un agente económico; han dejado
atrás el modelo de gestión empresarial basado únicamente en la maximización del
valor, para dar paso a una concepción holística, en la que se reconoce el valor
económico, social y medioambiental. Las empresas han integrado en su gestión
prácticas y acciones socialmente responsables (Moneva y Hernández, 2009).
Consecuentemente, la responsabilidad social empresarial (RSE) ha ido ganando
terreno en la gestión de las organizaciones líderes en todos los sectores, aunque
las grandes empresas se han posicionado como las protagonistas principales al
abordar el tema.
Así, desde el punto de vista económico, la RSE puede definirse como una
estrategia de la gestión empresarial que mide los impactos sociales, ambientales y
económicos derivados del actuar de las empresas y los informa a los grupos de
interés o partes interesadas (stakeholders), con la finalidad de alcanzar la
sustentabilidad del negocio. Adicionalmente, las estrategias de toda organización
definen la dirección que ha de seguir, de acuerdo a la misión y objetivos, y que
darán forma al futuro del sistema.
Por otro lado, para México, su riqueza petrolera ha sido determinante en la vida
económica y el desarrollo industrial del país. En la década de los ochenta,
Petróleos Mexicanos (PEMEX) ocupaba el sexto lugar entre los mayores
productores de petróleo. Actualmente, las finanzas públicas del país continúan
dependiendo de los ingresos petroleros, y aún representan cerca de un tercio de
los ingresos totales del país.
En ese contexto, PEMEX en 2006 se sumó al Pacto Mundial de las Naciones
Unidas (PMNU) reafirmando con ello su compromiso de responsabilidad a través
de un nuevo modelo de desarrollo sustentable, como parte de la estrategia
institucional en materia de seguridad, salud en el trabajo y protección ambiental.