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Propedeutica y Semiologia tomo I

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CAPÍTULO 25<br />

SEMIOLOGÍA EN EL EXAMEN DE LA PIEL<br />

aun cuando se le atribuye relación con trastornos<br />

neurovegetativos; actualmente tiende a considerarse como<br />

una afección inmunológica.<br />

Pueden observarse manchas acrómicas (del griego a:<br />

partícula privativa; cromos: color), después de afecciones<br />

localizadas en la piel, heridas, quemaduras, etc. Interesa<br />

estudiar siempre la sensibilidad de estas manchas<br />

acrómicas, ya que, cuando se compruebe en ellas la existencia<br />

de anestesia térmica y dolorosa deberá sospecharse<br />

que son de etiología leprosa.<br />

HUMEDAD DE LA PIEL<br />

No debemos olvidar el estudio de la humedad de la piel<br />

cuando se la examine durante la inspección general del<br />

enfermo, ya que, tanto su sequedad anormal como su tendencia<br />

a una sudación aumentada, son de gran valor diagnóstico<br />

en muchos estados patológicos.<br />

La humedad de la piel es función, en gran parte de la<br />

actividad de las glándulas sudoríparas, es decir, de la<br />

sudación. Normalmente se observa la piel más seca bajo<br />

la acción del aire y del frío exterior, en tanto que el calor<br />

provoca como reacción defensiva una sudación más o<br />

menos abundante.<br />

En estado patológico, la secreción sudoral puede estar<br />

aumentada, constituyendo lo que se denomina hiperhidrosis<br />

(del griego hiper: aumento o exceso; hidro: agua);<br />

o disminuida, hipohidrosis; o ausente, anhidrosis.<br />

HIPERHIDROSIS<br />

La hiperhidrosis, difusa o generalizada, se presenta<br />

en diversos procesos morbosos, especialmente, en las<br />

enfermedades infecciosas. También se encuentra, con gran<br />

intensidad acompañando a la defervescencia crítica de<br />

muchas hipertermias.<br />

En la tuberculosis pulmonar, sobre todo, en sus formas<br />

fibrocaseosas excavadas, se observa una sudación abundante<br />

durante la noche o en la madrugada, con gran decaimiento,<br />

que es muy característica y que se describe con el<br />

nombre de sudores hécticos o sudores nocturnos de los<br />

tísicos. Coinciden o no, con el descenso de la temperatura<br />

y parece depender de la toxemia tuberculosa.<br />

De gran interés diagnóstico es la hiperhidrosis de los<br />

estados de colapso vascular periférico, muy característica,<br />

que se distingue de las anteriores por estar acompañada<br />

de una extraordinaria frialdad de la piel (piel de batracio<br />

o piel de rana) y por su viscosidad especial, que dan a<br />

la mano que palpa una inconfundible sensación de humedad<br />

fría pegajosa. Estos estados son de grave pronóstico.<br />

Presentan, también, hiperhidrosis los pacientes con enfermedades<br />

renales, nefritis crónica, por ejemplo. La<br />

sudación profusa es, en este caso, un esfuerzo del organismo<br />

para liberarse de las sustancias de excreción retenidas,<br />

compensando así el déficit existente en la eliminación<br />

renal.<br />

Otras veces, la sudación aumentada se circunscribe a<br />

una región determinada. Así, se observa en los sujetos<br />

vagotónicos, descritos por Eppinger y Hess, y a los que<br />

ya nos hemos referido, una sudación axilar, particularmente<br />

abundante, que se desliza en grandes gotas visibles<br />

en la pared lateral del tórax. Igualmente, podemos<br />

citar aquí la sudación de las manos que presentan también<br />

estos pacientes.<br />

HIPOHIDROSIS<br />

La disminución de la sudación o hipohidrosis con sequedad<br />

anormal de la piel, se observa en todos aquellos<br />

procesos patológicos con gran deshidratación, en que se<br />

eliminan grandes cantidades de agua, como las diarreas<br />

profusas acompañadas de vómitos, la nefritis crónica con<br />

gran poliuria y la diabetes azucarada o insípida. Puede<br />

observarse también, cuando la absorción de líquido por<br />

el intestino está disminuida.<br />

ANHIDROSIS<br />

La ausencia completa de secreción sudoral o anhidrosis,<br />

puede presentarse en los procesos responsables de la<br />

hipohidrosis cuando alcanzan gran intensidad; pero más<br />

bien se observa la anhidrosis circunscrita a determinadas<br />

áreas cutáneas en las que, por trastornos patológicos, han<br />

sido destruidas las glándulas sudoríparas o se ha producido<br />

una parálisis de los nervios simpáticos que las controlan.<br />

BROMIDROSIS<br />

Decimos que existe bromidrosis (del griego bromos:<br />

mal olor), cuando la sudación presenta una fetidez especial,<br />

muy característica. Esta molesta alteración de la secreción<br />

sudoral parece estar en relación con la eliminación<br />

de ácidos grasos o de derivados amoniacales por el<br />

sudor, o con una fermentación sufrida por el mismo después<br />

de haber sido segregado. Parece obedecer a factores<br />

raciales o de constitución individual y se observa, de preferencia,<br />

en las axilas y en los pies, especialmente.<br />

CROMIDROSIS<br />

La sudación coloreada o cromidrosis (del griego cromo:<br />

color) se observa muy rara vez. Algunos ictéricos presentan<br />

sudores coloreados de amarillo, y es posible que se<br />

observen sudores de color rojo en las proximidades de abscesos<br />

causados por el bacilo prodigioso, así como puede<br />

verse una sudación azulada cerca de regiones infectadas<br />

con el bacilo piociánico. Aun cuando se admite su existencia<br />

por algunos autores, es más que excepcional la observación<br />

de sudores de sangre, de color rojo, es decir, la<br />

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