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ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

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−Antes de que llegue la flota −dijo Valentine.<br />

Comprendió de inmediato. La reina colmena se preparaba para emigrar. No tenía intención de dejar<br />

que la especie quedara atrapada en un solo planeta cuando volviera el Pequeño Doctor.<br />

−Ya veis el problema −indicó Ender−. No nos quiere decir lo que está haciendo, y por eso tenemos<br />

que confiar en lo que Jane observe y lo que pueda suponer. Y lo que yo estoy imaginando no parece<br />

muy agradable.<br />

−¿Qué tiene de malo que <strong>los</strong> insectores salgan del planeta? −preguntó Valentine.<br />

−No sólo <strong>los</strong> insectores −intervino Miro.<br />

Valentine hizo la segunda conexión. Por eso <strong>los</strong> pequeninos habían dado permiso para que la reina<br />

colmena contaminara tanto su mundo. Por eso se habían construido dos naves, desde el principio.<br />

−Una nave para la reina colmena y otra para <strong>los</strong> pequeninos.<br />

−Eso es lo que pretenden −dijo Ender−. Pero tal como yo lo veo son... dos naves para la descolada.<br />

−Nossa Senhora −susurró Miro.<br />

Valentine sintió que la recorría un escalofrío. Una cosa era que la reina colmena buscara la<br />

salvación de su especie. Pero otra muy distinta que llevara el letal virus autoadaptable a otros<br />

mundos.<br />

−Ya veis mi preocupación −suspiró Ender−. Ya veis por qué no quiere decirme directamente lo que<br />

está haciendo.<br />

−Pero de todas formas no podrías detenerla, ¿no? −preguntó Valentine.<br />

−Podría advertir a la flota del Congreso −sugirió Miro.<br />

Eso era. Docenas de astronaves armadas, convergiendo sobre Lusitania desde todas las<br />

direcciones..., si se les advertía de dos naves que salían de Lusitania, si se les daba sus trayectorias<br />

originales, podrían interceptarlas. Destruirlas.<br />

−No puedes −se horrorizó Valentine.<br />

−No puedo detener<strong>los</strong> ni puedo dejar<strong>los</strong> marchar −se lamentó Ender−. Detener<strong>los</strong> sería arriesgarnos<br />

a destruir a insectores y cerdis por igual. Dejar<strong>los</strong> marchar significaría arriesgarnos a destruir a toda<br />

la humanidad.<br />

−Tienes que hablar con el<strong>los</strong> y llegar a algún tipo de acuerdo.<br />

−¿Qué valdría un acuerdo con nosotros? −preguntó Ender−. No hablamos por la humanidad en<br />

general. Además, si la amenazamos, la reina colmena simplemente destruirá todos nuestros satélites<br />

y probablemente también nuestro ansible. Puede hacerlo, de todas formas, para sentirse a salvo.<br />

−Entonces estaríamos realmente aislados −concluyó Miro.

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