ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

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Había oído hablar a Ender una vez en Trondheim. −No −respondió Ender−. No lo creo. −¿Porque es sacerdote? −He hablado por sacerdotes antes −dijo Ender−. No, no hablaré por Quim porque no hay motivo para hacerlo. Quim era exactamente lo que parecía, y murió exactamente como habría elegido, sirviendo a Dios y predicando a los pequeños. No tengo nada que añadir a su historia. Él mismo la completó. EL JADE DEL MAESTRO HO
− Ahora empiezan las muertes. − Es curioso que las comenzara tu pueblo y no los humanos. − Tu pueblo las comenzó también, cuando librasteis vuestras guerras con los humanos. − Nosotros los empezamos, pero las terminaron ellos. − ¿Cómo se las arreglan estos humanos para empezar con tanta inocencia y acabar siendo al final los que más sangre tienen en las manos? Wang−mu contemplaba las palabras y números que se movían en la pantalla situada sobre el terminal de su señora. Qing−jao estaba dormida, respirando suavemente sobre su esterilla. Wang−mu también había dormido durante un rato, pero algo la había despertado. Un grito, no muy lejano; tal vez un grito de dolor. Fue parte del sueño de Wang−mu, pero cuando se despertó oyó los últimos sonidos en el aire. No era la voz de Qing−jao. Un hombre quizás, aunque el sonido era agudo. Un sonido quejumbroso. Hizo que Wang−mu pensara en la muerte. Pero no se levantó a investigar. No era su misión hacerlo, sino estar con su señora en todo momento, a menos que ella le indicara lo contrario. Si Qing−jao necesitaba oír la noticia de lo que había causado aquel grito, otra criada vendría y despertaría a Wang−mu, quien a su vez despertaría a su señora, pues cuando una mujer tenía una doncella secreta, y hasta que tuviera marido, sólo las manos de la doncella secreta podían tocarla sin invitación. Así, Wang−mu permaneció tendida, esperando a ver si alguien venía a decirle a Qing−jao por qué un hombre había gritado con tanta angustia, lo bastante cerca para que se oyera en esta habitación situada al fondo de la casa de Han Fei−tzu. Mientras esperaba, sus ojos se sintieron atraídos por la pantalla móvil mientras el ordenador ejecutaba la búsqueda que Qing−jao había programado. La pantalla dejó de moverse. ¿Había algún problema? Wang−mu se levantó, apoyándose en un brazo, lo suficiente para leer las palabras más recientes aparecidas en la pantalla. La búsqueda había terminado. En esta ocasión el informe no era uno de los cortos mensajes de fracaso: NO ENCONTRADO. NINGUNA INFORMACIÓN. NINGUNA CONCLUSIÓN. Esta vez el mensaje era un informe. Wang−mu se levantó y se dirigió al terminal. Hizo lo que Qing−jao le había enseñado, pulsar la clave que almacenaba toda la información actual para que el ordenador pudiera guardarla. Entonces se acercó a Qing−jao y colocó delicadamente una mano sobre su hombro. Qing−jao se despertó casi de inmediato, pues dormía alerta. −La búsqueda ha encontrado algo −anunció Wang−mu. Qing−jao apartó su sueño tan fácilmente como podría haberlo hecho con una chaqueta suelta. En un momento, se encontró ante el terminal leyendo las palabras que había allí. −He encontrado a Demóstenes −dijo. −¿Dónde está ese hombre? −preguntó Wang−mu, sin aliento. El gran Demóstenes..., no, el terrible Demóstenes. "Mi señora quiere que lo considere un enemigo." Pero el Demóstenes, en cualquier caso, cuyas palabras la habían impresionado tanto cuando oyó a
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LA PARTIDA − Hoy uno de los herma
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−¿Qué más? −preguntó Jiang
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Sendero ni una sola hora." −Prom
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anunciar su muerte a la servidumbre
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− Y de su fuerza, me parece. Tu p
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para ella, a pesar de que sabía qu
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de él, mientras él se dedicaba a
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−De espanto. −Pasa, mi dulce se
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su frustración ante lo que le hab
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su actitud, su completa confianza e
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Quiero poder conseguir que otra gen
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miedo inicial había desaparecido.
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negra del mundo. −¿Ése es su an
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MANOS LIMPIAS − Lo más desagrada
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quedado más delgada que este dorad
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Su padre no acudió. Ella rompió a
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estaban implicados. Li Qing−jao h
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Estos rumores llegaron muchas veces
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Ella estaba ya acostumbrada a su vo
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Todavía no había comprendido por
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Valentine lo observó con atención
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La imagen de Miro asintió. −Si e
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parte también para liberar la tens
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−¿Estás segura de que quieres h
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−No tergiverse mis palabras. −L
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−O busco o no lo busco −dijo Ja
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confirmación de cosas que ya sabí
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Pero no se separó. Después de uno
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purificación, el ansia, la necesid
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−Han Qing−jao −dijo−. Déja
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−Pero los dioses también crearon
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−Y los archivos acerca del gobier
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Esto emocionó a Qing−jao. Siempr
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−¿Y los ansibles? −En silencio
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Su padre le tocó amablemente el ho
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interrogadores terminaron sus infor
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tan devastador, que sólo podía tr
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La palabra "esposa", incluso traduc
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Cuando Miro se marchó para reunirs
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−Chicos, callaos y dejadme explic
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impertinencias de Grego, al menos a
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−Exactamente −convino Ender−.
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−¿Hasta que tú lo digas, o hast
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empezar a golpear el tronco con los
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El sudor corría por el rostro de Q
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−¿Y de qué sirve eso? −pregun
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dejan en paz. Las feas son libres d
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−¿Qué pasa? −preguntó. −Lo
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Pero no se lavó. En cambio, dejó
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deben ser reconocidas por sus obedi
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Qing−jao se sintió mareada, atur
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siempre lo hacía con la más difí
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orde de la tabla. Los dioses se pre
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tantas mujeres se habían visto obl
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fantasma que viene a atormentar a l
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El Portavoz de los Muertos dio un p
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que discutir cosas así. Tal vez ha
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−¿Necesario para qué? −pregun
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−Antes de que llegue la flota −
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Siguieron su camino en silencio. La
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Valentine, tú irás la última, ¿
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espirara en su cráneo; se convert
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−¿La habéis oído? ¿Todos? −
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Valentine pensó en la imagen que h
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−Por favor −susurró−. Quiero
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grande dentro de mi cabeza. Como si
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−¿Quién? ¿La policía? Varias
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que nos advirtió al alcalde y a m
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transición. Al menos una docena po
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−Ésta es mi casa ahora. He dejad
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LIBRE ALBEDRÍO − Algunos de los
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− Entonces no podemos impedir que
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El Maestro Han asintió gravemente,
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−Los dos lo han demostrado varias
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Lusitania? −La descolada sigue an
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Sin embargo, en su corazón, se sin
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−¿No crees que yo no necesito es
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Su rostro apareció ahora en la pan
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−No eres Dios −asentó Ender−
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CREADORES DE VIRUS − He estado pe
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Sin embargo, Qing−jao no sería i
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"Por favor −suplicó Wang−mu en
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Raíz no estarán entre ellos, ¿ve
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−Yo he sabido desde el principio
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presiones en las hembras. Una es co
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−¿Cómo puede saber un virus de
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hicisteis un tratado que requería
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−El problema es que Quara no esta
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demás hablaron de Qing−jao con p
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comparados con ella, desde luego er
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estamos dormidos. Incluso cuando el
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Pero ella prefirió irse. Afirmó q
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−Por lo que Andrew dice de ti, er
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−Lo supongo. −No en lo referent
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−Eso significa que tú, más que
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−Lo sé. −Madre jodió por comp
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−Me envió Andrew. −Otro manipu
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−La descolada es demasiado repent
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−Miro −lo llamó ella. Se volvi
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cárcel no tenía nada más que hac
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−Entonces recuerda lo que hacéis
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−Estonces, ¿están en todas part
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−¿Cuánto tiempo utilizasteis el
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Algo es algo. −Pero no pueden ma
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habría quedado sin esposa. La úni
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hayas aprendido tan rápidamente co
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ético. −Lo sé. Y creo que esos
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dado un paseo por el centro de la c
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desplazamiento, ya que los flotes r
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−Considéralo como si en este mom
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eficaz. Sin la intervención de la
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podría ser reconstruido ni restaur
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decisión. −No es una decisión.
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−Nosotros no −dijo Quara−. Pe
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−Entonces ésa es la tripulación
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−Lo haré, Qing−jao, de forma q
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−Sí, pero ¿por qué? Se supone
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−Ni eres rival para mí. Nunca lo
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−Por supuesto −sonrió Peter−
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Si lo mato, no sería asesinato, ¿
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−Eso sería una tontería −dijo
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"Ojalá también yo pudiera encontr
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Se arrodillaron ante el obispo. Pli
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−La debilidad celebra a la debili
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Ella casi se marchó entonces. −E
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−Sólo si tú quieres −dijo End
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cuanto me marche, porque no tengo n
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−Mi nombre. Te lo explicaré más
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de hacerlo? Las armas humanas no se
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puede hacer una pregunta, esperando
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oído: "esto es una prueba, Qing−
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Sendero sólo para verla. Pues era
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