27.03.2013 Views

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

−Yo ya sé lo que sé. Así que empieza a hablar acerca de esas ideas que tuviste de niño, y lo que ha<br />

sido de ellas desde entonces.<br />

Quara se mostró resentida desde el momento en que Miro entró en la habitación.<br />

−No te molestes −gruñó.<br />

−¿Que no me moleste en qué?<br />

−No te molestes en decirme mi deber hacia la humanidad o la familia..., dos grupos separados y sin<br />

relación, por cierto.<br />

−¿He venido para eso? −preguntó Miro.<br />

−Ela te ha enviado para persuadirme de que le diga cómo castrar a la descolada.<br />

Miro intentó bromear.<br />

−No soy biólogo. ¿Es posible hacer eso?<br />

−No te las des de listo. Si se corta su habilidad para transmitir información de un virus a otro, será<br />

como cortarles la lengua y la memoria y todo lo que <strong>los</strong> hace inteligentes. Si Ela quiere saber esas<br />

cosas, puede estudiar lo que yo estudié. Sólo me costó cinco años de trabajo.<br />

−Una flota está en camino.<br />

−Así que eres un emisario.<br />

−Y la descolada puede averiguar cómo...<br />

Ella lo interrumpió y terminó la frase.<br />

−Sortear todas nuestras estrategias de controlarla, lo sé.<br />

Miro se sintió molesto, pero estaba acostumbrado a que la gente se impacientara con su lentitud<br />

para hablar y lo interrumpiera. Al menos ella había adivinado lo que quería decir.<br />

−Puede suceder cualquier día −dijo−. Ela siente la presión del tiempo.<br />

−Entonces debería ayudarme a aprender a hablar con el virus para persuadirlo de que nos deje en<br />

paz. Para hacer un tratado, como el que hizo Andrew con <strong>los</strong> cerdis. En cambio, me ha echado del<br />

laboratorio. Bueno, yo también puedo participar en ese juego. Ella me corta el camino, yo se lo<br />

corto a ella.<br />

−Estabas revelando secretos a <strong>los</strong> pequeninos.<br />

−¡Oh, sí, madre y Ela, las guardianas de la verdad! Ellas son las que deciden quién sabe y el qué.<br />

Bien, Miro, voy a decirte un secreto. No se protege la verdad impidiendo que otra gente la sepa.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!