27.03.2013 Views

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

−Soy indigna de tanta amabilidad.<br />

−No. Los dos sabemos ahora la verdad. Los dioses no me hablan. Tu cara nunca debe volver a tocar<br />

el suelo ante mí.<br />

−Tenemos que vivir en este mundo −alegó Wang−mu−. Te trataré como a un hombre honorable<br />

entre <strong>los</strong> agraciados, porque eso es lo que todo el mundo esperará de mí. Y tú debes tratarme como<br />

a una criada, por la misma razón.<br />

La cara del Maestro Han se retorció amargamente.<br />

−El mundo también espera que cuando un hombre de mi edad toma a una muchacha joven del<br />

servicio de su hija y la emplea en el propio, la use como concubina. ¿Debemos actuar cumpliendo<br />

las expectativas del mundo?<br />

−No es propio de tu naturaleza aprovecharte de tu poder de esa forma −objetó Wang−mu.<br />

−No es propio de mi naturaleza recibir tu humillación. Antes de conocer la verdad sobre mi<br />

aflicción, aceptaba la obediencia de otras personas porque creía que realmente se ofrecían a <strong>los</strong><br />

dioses, y no a mí.<br />

−Eso es ahora tan cierto como siempre. Los que creen que eres un agraciado ofrecen su obediencia<br />

a <strong>los</strong> dioses, mientras que aquel<strong>los</strong> que son deshonestos lo hacen para halagarte.<br />

−Tú no eres deshonesta. Ni crees que <strong>los</strong> dioses me hablen.<br />

−Ignoro si <strong>los</strong> dioses te hablan o no, o si lo han hecho alguna vez o si pueden hablar con alguien.<br />

Sólo sé que <strong>los</strong> dioses no te piden a ti ni a nadie que realices esos rituales ridícu<strong>los</strong> y humillantes;<br />

ésos os fueron impuestos por el Congreso. Sin embargo, debes continuar con esos rituales porque tu<br />

cuerpo lo requiere. Por favor, permíteme continuar <strong>los</strong> rituales de humillación que se requieren a la<br />

gente de mi posición en el mundo.<br />

El Maestro Han asintió con gravedad.<br />

−Eres sabia más allá de tus años y educación, Wang−mu.<br />

−Soy una muchacha muy tonta. Si tuviera alguna sabiduría, te suplicaría que me enviaras lo más<br />

lejos posible de este lugar. Compartir ahora la casa con Qing−jao será muy peligroso para mí. Sobre<br />

todo si ve que estoy cerca de ti, cuando ella no puede estarlo.<br />

−Tienes razón. Soy un egoísta al pedirte que te quedes.<br />

−Sí −convino Wang−mu−. Sin embargo, me quedaré.<br />

−¿Por qué?<br />

−Porque nunca podré regresar a mi antigua vida. Ahora sé demasiado del mundo y del universo,<br />

acerca del Congreso y de <strong>los</strong> dioses. Tendría en la boca el sabor del veneno todos <strong>los</strong> días de mi<br />

vida, si volviera a casa y fingiera ser lo que era antes.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!