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ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

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hayas aprendido tan rápidamente como mi propia hija. No me extraña que tuvieras las intuiciones<br />

que nos ayudaron a todos incluso cuando apenas comprendías el tema que estabas estudiando. Eres<br />

tan agraciada como cualquiera en Sendero, Wang−mu, excepto que sólo tú estás libre de las cadenas<br />

de <strong>los</strong> rituales de limpieza.<br />

Si Wang−mu se esforzó por contestar, pero en vez de palabras, lo que surgieron fueron lágrimas<br />

que corrieron silenciosamente por su cara.<br />

−Nunca más"volveré a permitir que me trates como a un superior −dijo Hato Fei−tzu−. A partir de<br />

ahora no eres una criada en esta casa, sino mi estudiante, mi joven colega. Deja que <strong>los</strong> demás<br />

piensen lo que quieran de ti. Nosotros sabemos que eres tan capaz como cualquiera.<br />

−¿Como la señora Qing−jao? −susurró Wang−mu.<br />

−Como cualquiera −repitió Fei−tzu−. La cortesía requerirá que te inclines ante muchos. Pero en tu<br />

corazón no necesitarás hacerlo ante nadie.<br />

−Soy indigna.<br />

−Todo el mundo es digno de sus genes. Es mucho más probable que una mutación como ésa te<br />

hubiera lisiado. Pero en cambio te convirtió en la persona más sana del mundo.<br />

Pero ella no podía dejar de sollozar en silencio.<br />

Jane debía de estar mostrando la escena a Ela, pues ésta permaneció en silencio algún tiempo.<br />

Finalmente, volvió a hablar.<br />

−Perdonadme, pero tengo mucho que hacer −dijo.<br />

−Sí −contestó Han Fei−tzu−. Puedes irte.<br />

−Me malinterpretas −corrigió Ela−. No necesito tu permiso para irme. Tengo más cosas que decir<br />

antes de hacerlo.<br />

Han Fei−tzu inclinó la cabeza.<br />

−Por favor. Te escuchamos.<br />

−Sí −susurró Wang−mu−. Yo también te escucho.<br />

−Hay posibilidad, remota, como veréis, pero posibilidad al fin y al cabo, de que si somos capaces de<br />

decodificar el virus de la descolada y domarlo, también podamos crear una adaptación que pueda<br />

ser útil en Sendero.<br />

−¿Cómo es eso? −preguntó Han Fei−tzu−. ¿Para qué querríamos a ese monstruoso virus artificial<br />

aquí?<br />

−La descolada existe para entrar en las células del organismo anfitrión, leer el código genético y<br />

reorganizarlo según su propio plan. Cuando la alteremos, si lo logramos, la despojaremos de ese<br />

plan. También la despojaremos de la mayoría de sus mecanismos de autodefensa, si conseguimos

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