27.03.2013 Views

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

ético.<br />

−Lo sé. Y creo que esos problemas hay que tratar<strong>los</strong> ahora, aunque tal vez sea imposible llevar a<br />

término la hipótesis. Estamos hablando de una alteración genética de una población entera. Cuando<br />

el Congreso lo hizo en secreto sin el conocimiento o la aprobación de la población de Sendero, fue<br />

una atrocidad. ¿Podemos deshacer una atrocidad siguiendo el mismo camino?<br />

−Más que eso −añadió Han Fei−tzu−. Todo nuestro sistema social está basado en <strong>los</strong> agraciados. La<br />

mayoría de la gente interpretará esa transformación como una plaga de <strong>los</strong> dioses, que nos castigan.<br />

Si se hace público que fuimos la fuente, nos matarían. Sin embargo, es posible que cuando quede<br />

claro que <strong>los</strong> agraciados han perdido la voz de <strong>los</strong> dioses, el DOC, el pueblo se vuelva contra el<strong>los</strong> y<br />

<strong>los</strong> mate. ¿Cómo <strong>los</strong> habrá ayudado entonces el liberar<strong>los</strong> del DOC, si estarán muertos?<br />

−Hemos discutido el tema −dijo Ela−. Y no tenemos ni idea de qué hacer. Por ahora la cuestión<br />

sobra, porque no hemos decodificado la descolada y tal vez nunca consigamos hacerlo. Pero si<br />

desarrollamos la capacidad, creemos que la decisión de usarla o no debe ser vuestra.<br />

−¿Del pueblo de Sendero?<br />

−No. Las primeras decisiones son vuestras, Han Fei−tzu, Si Wang−mu y Han−Qing−jao. Sólo<br />

vosotros sabéis lo que se os ha hecho, y aunque tu hija no lo crea, representa fielmente el punto de<br />

vista de <strong>los</strong> creyentes y <strong>los</strong> agraciados de Sendero. Si conseguimos la capacidad, formuladle la<br />

pregunta. Preguntaos vosotros mismos. ¿Hay algún medio, algún sistema de llevar esta<br />

transformación a Sendero que no resulte destructivo? Y si puede hacerse, ¿debe hacerse? No..., no<br />

digáis nada ahora, no decidáis nada. Pensadlo. Nosotros no somos parte de esto. Sólo os<br />

informaremos si hemos logrado hacerlo o no. A partir de entonces, será asunto vuestro.<br />

La cara de Ela desapareció.<br />

Jane se quedó unos instantes más.<br />

−¿Mereció la pena despertarte? −preguntó.<br />

−¡Sí! −exclamó Wang−mu.<br />

−Es bonito descubrir que eres mucho más de lo que creías, ¿verdad?<br />

−Oh, sí.<br />

−Ahora vuelve a dormir, Wang−mu. Y tú, Maestro Han: tu fatiga es bien patente. No nos servirás<br />

de nada si pierdes la salud. Como me ha dicho Andrew hasta la saciedad, debemos hacer todo lo<br />

que podemos hacer sin destruir nuestra habilidad para continuar la lucha.<br />

Entonces también ella se marchó.<br />

Inmediatamente, Wang−mu empezó a llorar de nuevo. Han Fei−tzu se acercó y se sentó junto a ella<br />

en el suelo, acunó su cabeza contra el hombro y la meció suavemente de un lado a otro.<br />

−Calla, dulce hija mía, en tu corazón ya sabías quién eras, y yo también, yo también. En verdad tu<br />

nombre fue puesto con sabiduría. Si realizan sus milagros en Lusitania, serás la Real Madre de todo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!