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ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

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−Tuvo la misma idea. Que tal vez la inteligencia pequenina procede de la descolada.<br />

−¿Crees que después de hablar tanto de que la descolada es inteligente no se nos había ocurrido<br />

preguntarnos eso? Y si es cierto, ¿qué haréis entonces? ¿Dejar que toda vuestra especie muera para<br />

que nosotros podamos conservar nuestros cerebros de segunda fila?<br />

Ender protestó de inmediato.<br />

−Nunca hemos pensado que vuestros cerebros fueran...<br />

−¿No? ¿Por qué, entonces, asumís que sólo pensaríamos en esa posibilidad si nos lo dijera algún<br />

humano?<br />

Ender no encontró ninguna respuesta oportuna que ofrecer. Tuvo que confesarse a sí mismo que<br />

había considerado a <strong>los</strong> pequeninos como si fueran niños a <strong>los</strong> que debía proteger. No se le había<br />

ocurrido que eran perfectamente capaces de descubrir por su cuenta <strong>los</strong> horrores más terribles.<br />

−Y si nuestra inteligencia procede efectivamente de la descolada, y encontráis un modo de<br />

destruirla, ¿en qué os convertiréis entonces? −Plantador <strong>los</strong> miró, triunfal en su amarga victoria−.<br />

No somos más que ratas de árbol.<br />

−Es la segunda vez que utilizas este término −observó Ender−. ¿Qué son ratas de árbol?<br />

−Eso es lo que gritaban algunos de <strong>los</strong> hombres que mataron al árbol−madre.<br />

−No existe ese animal −dijo Valentine.<br />

−Lo sé. Grego me lo explicó. "Rata de árbol" es una expresión en argot para las ardillas. Me mostró<br />

un holo de una de ellas en el ordenador que tiene en su celda.<br />

−¿Fuiste a visitar a Grego? −Ela estaba claramente horrorizada.<br />

−Tenía que preguntarle por qué intentó matarnos a todos, y por qué quiso salvarnos luego.<br />

−¿Ves? −exclamó Valentine, triunfal−. ¡No puedes decirme que lo que Grego y Miro hicieron esa<br />

noche, impedir que la muchedumbre quemara a Raíz y Humano, fue sólo el resultado de fuerzas<br />

genéticas!<br />

−Nunca he dicho que la conducta humana carezca de sentido −dijo Plantador−. Sois vosotros <strong>los</strong><br />

que habéis intentado consolarme con esta idea. Sabemos que <strong>los</strong> humanos tenéis a vuestros héroes.<br />

Sólo <strong>los</strong> pequeninos somos herramientas de un virus gaialógico.<br />

−No −deslizó Ender−. También hay héroes pequeninos. Raíz y Humano, por ejemplo.<br />

−¿Héroes? −criticó Plantador−. Actuaron como lo hicieron para conseguir lo que querían, su status<br />

como padres−árbol. Fue el ansia por reproducirse. Puede que os parezcan héroes a <strong>los</strong> humanos,<br />

que sólo morís una vez, pero la muerte que el<strong>los</strong> sufrieron fue en realidad un nacimiento. No hubo<br />

ningún sacrificio.<br />

−Vuestro bosque entero fue heroico, entonces dijo Ela−. Os liberasteis de todos <strong>los</strong> viejos canales e

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