27.03.2013 Views

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

coherencia de sus escritos. La singularidad y consistencia de su visión, eso formaba parte de su<br />

encanto. Todo parecía encajar, tener un sentido coherente.<br />

¿No había diseñado también Demóstenes la jerarquía de <strong>los</strong> Extraños? Utlanning, framling, raman,<br />

varelse. No: eso había sido escrito hacía muchos años, tenía que ser un Demóstenes diferente. ¿Era<br />

a causa de la jerarquía del primer Demóstenes por lo que <strong>los</strong> traidores usaban ese nombre?<br />

Escribían a favor de la independencia de Lusitania, el único mundo donde se había hallado vida<br />

inteligente no humana.<br />

Era apropiado usar el nombre del escritor que enseñó por primera vez a la humanidad a darse cuenta<br />

de que el universo no estaba dividido entre humanos y no humanos, ni entre especies inteligentes y<br />

no inteligentes.<br />

Algunos extraños, dijo el primer Demóstenes, eran framlings, humanos de otro mundo. Algunos<br />

eran raman, de otra especie inteligente, aunque capaces de comunicarse con <strong>los</strong> seres humanos, de<br />

forma que se podían sortear las diferencias y tomar decisiones juntos. Otros eran varelse, "bestias<br />

sabias", sin duda inteligentes y sin embargo completamente incapaces de llegar a un terreno común<br />

con la humanidad. Sólo con <strong>los</strong> varelse podía estar justificada la guerra; con <strong>los</strong> raman, <strong>los</strong> humanos<br />

podían firmar la paz y compartir <strong>los</strong> mundos habitables. Era una forma de pensar abierta, llena de<br />

esperanza de que <strong>los</strong> extraños podían seguir siendo amigos. Las personas que pensaban así nunca<br />

podrían haber enviado una flota con el Pequeño Doctor a un mundo habitado por una especie<br />

inteligente.<br />

Este pensamiento era muy incómodo: el Demóstenes de la jerarquía también desaprobaría la Flota<br />

Lusitania. Casi de inmediato, Qing−jao tuvo que contrarrestarlo. No importaba lo que pensara el<br />

viejo Demóstenes, ¿no? El nuevo Demóstenes, el sedicioso, no era un filósofo sabio que intentara<br />

unir a <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong>. En cambio, intentaba sembrar discordia y descontento entre <strong>los</strong> mundos,<br />

provocar luchas, quizás incluso guerras entre framlings.<br />

Además el Demóstenes sedicioso no era sólo un compuesto de muchos rebeldes que trabajaban en<br />

mundos distintos. El ordenador lo confirmó pronto. Cierto, se había encontrado a muchos rebeldes<br />

que habían publicado en sus propios planetas bajo el nombre de Demóstenes, pero casi siempre<br />

estaban unidos a publicaciones pequeñas, inefectivas e inútiles, nunca a <strong>los</strong> documentos realmente<br />

peligrosos que parecían aparecer simultáneamente en la mitad de <strong>los</strong> mundos. Sin embargo, cada<br />

fuerza local de policía declaraba felizmente que sus pequeños "Demóstenes" eran <strong>los</strong> autores de<br />

todos <strong>los</strong> escritos, aceptaban <strong>los</strong> aplausos y cerraban el caso.<br />

El Congreso Estelar hizo lo mismo con su propia investigación. Tras haber encontrado varias<br />

docenas de casos donde la policía local había arrestado y condenado a rebeldes que habían<br />

publicado algo bajo el nombre de Demóstenes, <strong>los</strong> investigadores del Congreso suspiraron<br />

contentos, declararon que Demóstenes resultó ser un nombre común y no una sola persona, y luego<br />

abandonaron la investigación.<br />

En resumen, había adoptado la salida fácil. Egoísta, desleal...<br />

Qing−jao sintió un arrebato de indignación porque se permitía que esa gente continuara con sus<br />

altos cargos. Deberían ser castigados, y severamente, por dejar que su pereza o su deseo de elogios<br />

<strong>los</strong> llevara a abandonar la investigación acerca de Demóstenes. ¿No se daban cuenta de que era<br />

realmente peligroso, de que sus escritos eran ahora la sabiduría común de al menos un mundo, y<br />

probablemente de muchos? Por culpa suya, ¿cuántas personas en cuántos mundos se alegrarían si

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!