27.03.2013 Views

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

−Nossa Senhora −murmuró Ender−. Es demasiado peligroso. No puede jugar con una cosa como<br />

ésta.<br />

−Tal vez ya sea demasiado tarde..., no puedo saber si ha hecho algún daño o no.<br />

−Entonces tenemos que detenerla.<br />

−¿Cómo, rompiéndole <strong>los</strong> brazos?<br />

−Hablaré con ella, pero es demasiado mayor, o demasiado joven, para atender a razones. Me temo<br />

que acabará convirtiéndose en asunto del alcalde, no nuestro.<br />

Sólo cuando Novinha habló se dio cuenta Ender de que su esposa había entrado en la habitación.<br />

−En otras palabras, cárcel −dijo−. Pretendes encerrar a mi hija. ¿Cuándo ibas a informarme?<br />

−La cárcel no se me había ocurrido −protestó Ender−. Esperaba que el alcalde le cerrara el acceso<br />

a...<br />

−Ése no es el trabajo del alcalde −objetó Novinha−. Es el mío. Yo soy la xenobióloga jefe. ¿Por qué<br />

no acudiste a mí, Elanora? ¿Por qué a él?<br />

Ela permaneció en silencio, mirando fijamente a su madre. Así manejaba <strong>los</strong> conflictos con su<br />

madre, con resistencia pasiva.<br />

−Quara está fuera de control, Novinha −dijo Ender−. Revelar secretos a <strong>los</strong> padres−árbol ya fue<br />

suficientemente malo. Hacerlo con la descolada es una locura.<br />

−Es psicologista, agora? (¿Ahora eres psicólogo?)<br />

−No pretendo encerrarla.<br />

−No tienes que pretender nada. No con mis niños.<br />

−Eso es −asintió Ender−. No voy a hacer nada con niños. Sin embargo, tengo una responsabilidad<br />

para hacer algo con un ciudadano de Milagro que está poniendo en peligro la supervivencia de<br />

todos <strong>los</strong> seres humanos de este planeta, y tal vez en todas partes.<br />

−¿Y dónde recibiste esa noble responsabilidad, Andrew? ¿Bajó Dios de la montaña y talló tu<br />

licencia para gobernar a la gente sobre tablas de piedra?<br />

−Muy bien −suspiró Ender−. ¿Qué me sugieres?<br />

−Sugiero que te mantengas apartado de asuntos que no te conciernen. Francamente, Andrew, eso lo<br />

incluye casi todo. No eres xenobiólogo. No eres físico. No eres xenólogo. De hecho no eres nada,<br />

excepto un fisgón profesional de la vida de <strong>los</strong> demás.<br />

Ela abrió la boca.<br />

−¡Madre!

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!