27.03.2013 Views

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

muchacha agraciada por <strong>los</strong> dioses miraría siquiera a una criada como ella.<br />

Así que has perdido a tu mujer y yo he perdido a la mía −dijo Miro.<br />

Ender suspiró. De vez en cuando a Miro le apetecía charlar, y como su amargura estaba siempre a<br />

flor de piel, su charla tendía a ir directamente al grano y además era bastante desagradable. Ender<br />

no podía pedirle que se callara: Valentine y él eran casi las únicas personas que podían escuchar con<br />

paciencia la lenta articulación de Miro, sin mostrarle signos de impaciencia. Miro pasaba tanto<br />

tiempo acumulando pensamientos sin expresar<strong>los</strong>, que sería una crueldad hacerle callar solamente<br />

porque no tenía tacto.<br />

A Ender no le complacía que le recordara que Novinha lo había abandonado. Intentaba mantener<br />

aquella idea apartada de su mente, mientras trabajaba en otros problemas: en el de la supervivencia<br />

de Jane, sobre todo, y también un poco en todos <strong>los</strong> demás. Pero con las palabras de Miro, aquella<br />

sensación de dolor, vacío y pánico regresó. "Ella no está aquí. No puedo hablar y tener su respuesta.<br />

No puedo preguntar y hacerla recordar. No puedo cogerla de la mano. Y, lo más terrible de todo: tal<br />

vez no podré volver a hacerlo nunca."<br />

−Eso parece−dijo Ender.<br />

−Probablemente no te gustará equipararlas −prosiguió Miro−. Después de todo, ella ha sido tu<br />

esposa durante treinta años, y Ouanda fue mi novia tal vez durante unos cinco. Pero eso sólo si<br />

empiezas a contar a partir de la pubertad. Ella fue mi amiga, mi amiga más íntima a excepción de<br />

Ela, desde que era pequeño. Así que, bien pensado, he pasado con Ouanda la mayor parte de mi<br />

vida, mientras que tú sólo has estado con madre la mitad de la tuya.<br />

−Ahora me siento mucho mejor−dijo Ender.<br />

−No te pongas de mala leche conmigo.<br />

−No me obligues a ello.<br />

Miro se echó a reír. Con demasiada fuerza.<br />

−¿Estás de mal humor, Andrew? −Rió−. ¿Has perdido <strong>los</strong> estribos?<br />

Era demasiado. Ender giró en su silla, apartándose del terminal donde había estado estudiando un<br />

modelo simplificado de la red ansible, intentando imaginar dónde podría encontrarse el alma de<br />

Jane en aquel entramado aleatorio. Se quedó mirando firmemente a Miro, hasta que éste dejó de<br />

reír.<br />

−¿Te he hecho algo? −preguntó Ender.<br />

Miro pareció más enfadado que avergonzado.<br />

−Tal vez necesitara que lo hicieras −espetó−. ¿No se te ha ocurrido nunca? Todos os habéis<br />

mostrado muy respetuosos. Dejad que Miro conserve su dignidad. Dejadlo que se obsesione hasta<br />

volverse loco, ¿no? No habléis de lo que le sucedió. ¿No te parece que alguna vez me hizo falta<br />

alguien que me alegrara?

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!