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ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

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−Es verdad −concedió Valentine−. Todo el mundo en esta habitación lo sabe.<br />

Jakt le dirigió una mirada impaciente.<br />

−Creía que íbamos a Lusitania a ayudarles en su lucha contra el Congreso Estelar. ¿Qué tiene todo<br />

esto que ver con el mundo real?<br />

−Tal vez nada −dijo Valentine−. Tal vez todo.<br />

Jakt enterró su rostro en las manos durante un instante, luego volvió a mirarla con una sonrisa que<br />

en realidad no era tal.<br />

−No te había oído decir nada tan trascendental desde que tu hermano se marchó de Trondheim.<br />

Eso le hizo daño, sobre todo porque sabía cuál era la intención. Después de todos estos años, ¿Jakt<br />

estaba aún ce<strong>los</strong>o de su vínculo con Ender? ¿Lamentaba todavía el hecho de que ella se preocupara<br />

por cosas que no significaban nada para él?<br />

−Cuando él se marchó, yo me quedé −replicó Valentine.<br />

En realidad estaba diciendo: aprobé el único examen que importaba. ¿Por qué dudas de mí ahora?<br />

Jakt se sintió avergonzado. Era una de sus mejores cualidades: cuando advertía que se había<br />

equivocado, se retractaba de inmediato.<br />

−Y cuando tú te marchaste, yo me marché contigo −dijo.<br />

Lo cual significaba: estoy contigo, ya no estoy ce<strong>los</strong>o de Ender, y lamento haberte hecho daño. Más<br />

tarde, cuando estuvieran a solas, se dirían de nuevo estas cosas abiertamente. No serviría de nada<br />

llegar a Lusitania con sospechas y ce<strong>los</strong> por ninguna de las dos partes.<br />

Miro, por supuesto, era ajeno al hecho de que Jakt y Valentine hubieran declarado ya una tregua.<br />

Sólo era consciente de la tensión que reinaba entre el<strong>los</strong>, y creía ser la causa.<br />

−Lo siento −se disculpó−. No pretendía...<br />

−No importa−dijo Jakt−. Me he pasado de la raya.<br />

−No hay ninguna raya −manifestó Valentine, dirigiendo una sonrisa a su marido.<br />

Jakt le sonrió a su vez.<br />

Aquello era lo que Miro necesitaba comprobar; se relajó visiblemente.<br />

−Continúa −invitó Valentine.<br />

−Considere todo eso como una suposición.<br />

Valentine no pudo evitarlo: se echó a reír. En parte se rió porque todo el asunto místico gangeano<br />

del filote−como−alma era una premisa demasiado vasta y absurda para considerarla siquiera. En

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