27.03.2013 Views

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

−Por lo que Andrew dice de ti, eres el mejor ser humano que ha vivido jamás.<br />

−Andrew es muy cariñoso. También pudo decir esas cosas porque yo no estaba aquí.<br />

−Ahora lo estás −dijo Olhado−. ¿Por qué?<br />

−Sucede que <strong>los</strong> mundos y las especies de raman están en un momento decisivo, y tal como se están<br />

desarrollando <strong>los</strong> acontecimientos, su futuro depende en gran parte de tu familia. No tengo tiempo<br />

de descubrir nada como entretenimiento, no tengo tiempo para comprender la dinámica de la<br />

familia; por qué Grego puede pasar de monstruo a héroe en una sola noche, cómo Miro puede ser a<br />

la vez suicida y ambicioso, por qué Quara está dispuesta a dejar morir a <strong>los</strong> pequeninos en favor de<br />

la descolada...<br />

−Pregúntaselo a Andrew. Él <strong>los</strong> comprende a todos. Yo nunca lo conseguí.<br />

−Andrew tiene su propio infierno ahora. Se siente responsable de todo. Ha hecho todo lo que ha<br />

podido, pero Quim ha muerto. Ahora tu madre y él sólo están de acuerdo en que de algún modo fue<br />

culpa de Andrew. La marcha de tu madre lo ha destrozado.<br />

−Lo sé.<br />

−Ni siquiera sé cómo consolarlo. O qué esperar, que vuelva a su vida o lo deje para siempre.<br />

Olhado se encogió de hombros. Toda la fragilidad volvió.<br />

−¿De verdad que no te importa? −le preguntó Valentine−. ¿0 has decidido que no te importa?<br />

−Tal vez lo decidí hace mucho tiempo, y ahora no me importa realmente.<br />

Parte de ser una buena entrevistadora consistía en saber cuándo guardar silencio. Valentine esperó.<br />

Pero Olhado también sabía esperar. Valentine casi se rindió y estuvo a punto de decir algo. Incluso<br />

jugueteó con la idea de confesar su fracaso y marcharse.<br />

Entonces él habló.<br />

−Cuando sustituyeron mis ojos, también quitaron <strong>los</strong> lacrimales. Las lágrimas naturales interferirían<br />

con <strong>los</strong> lubricantes industriales que pusieron en mis ojos.<br />

−¿Industriales?<br />

−Mi chiste privado −explicó Olhado−. Suelo parecer muy desapasionado porque mis ojos nunca se<br />

inundan de lágrimas. Además, la gente no sabe interpretar mis expresiones. Es curioso, ¿sabes? Los<br />

globos oculares no tienen ninguna habilidad para cambiar de forma y mostrar expresión.<br />

Simplemente están ahí. Sí, tus ojos se mueven, miran fijamente o rehúyen, pero también mis ojos lo<br />

hacen. Se mueven con perfecta simetría. Apuntan en la dirección en que estoy mirando. Pero la<br />

gente no puede soportar mirar<strong>los</strong>. Así que apartan la vista. No leen las expresiones de mi<br />

cara y por tanto piensan que no hay expresiones. Mis ojos todavía pican, enrojecen y se hinchan un<br />

poco en las ocasiones en que habría llorado, si aún tuviera lágrimas.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!