27.03.2013 Views

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

− Si las historias están ya escritas, ¿por qué las vuelve a escribir?<br />

− Porque no son bien comprendidas. Ella ayuda a que la gente <strong>los</strong> comprenda.<br />

− Si la gente más cercana a su época no <strong>los</strong> comprendió, ¿cómo puede ella, que llegó después,<br />

comprender<strong>los</strong> mejor?.<br />

− Yo le pregunté lo mismo, y Valentine respondió que no siempre las comprende mejor. Pero <strong>los</strong><br />

antiguos escritores comprendieron lo que significaban las historias para la gente de su tiempo. Y<br />

ella comprende lo que significan para la gente de su tiempo.<br />

− Así que la historia cambia.<br />

− Sí.<br />

− Y, sin embargo, ¿piensan cada vez en la historia como un recuerdo verdadero?<br />

− Valentine explicó algo acerca de algunas historias que eran verdaderas y otras que eran fieles o<br />

la verdad. No llegué a comprender nada.<br />

− ¿Por qué no recuerdan <strong>los</strong> historias adecuadamente en primer lugar? Entonces no tendrían que<br />

seguir mintiéndose unos a otros.<br />

Qing−jao estaba sentada ante su terminal, <strong>los</strong> ojos cerrados, pensando. Wang−mu le cepillaba el<br />

pelo: <strong>los</strong> tirones, <strong>los</strong> roces, el propio aliento de la muchacha representaban un alivio para ella.<br />

Era una de las ocasiones en que Wang−mu podía hablar libremente, sin temor a interrumpirla. Y<br />

como Wang−mu era Wang−mu, aprovechaba el momento en que la peinaba para hacerle preguntas.<br />

Tenía muchas.<br />

Los primeros días, sus preguntas se refirieron todas a las demandas de <strong>los</strong> dioses. Por supuesto,<br />

Wang−mu se sintió muy aliviada al enterarse de que por lo general bastaba con seguir una sola veta<br />

en la madera: después de aquella primera vez temió que Qing−jao tuviera que seguir todo el suelo<br />

cada día.<br />

Pero continuaba teniendo preguntas acerca de todo lo referente a la purificación. "¿Por qué no te<br />

levantas y sigues una línea cada mañana y acabas de una vez? ¿Por qué no haces que cubran el<br />

suelo con una alfombra?" Resultaba difícil de explicar que no se podía engañar a <strong>los</strong> dioses con<br />

estratagemas tontas como aquélla.<br />

"¿Y si no existiera madera alguna en todo el mundo? ¿Te quemarían <strong>los</strong> dioses como a un papel?<br />

¿Vendría un dragón y te llevaría con él?"<br />

Qing−jao no podía responder a las preguntas de Wang−mu excepto para decir que esto era lo que<br />

<strong>los</strong> dioses exigían de ella. Si no hubiera vetas en la madera, <strong>los</strong> dioses no le pedirían que las<br />

siguiera. A lo cual Wang−mu respondió que deberían promulgar una ley contra <strong>los</strong> sue<strong>los</strong> de<br />

madera, entonces, para que Qing−jao pudiera ser liberada de todo el asunto.<br />

Los que no habían oído la voz de <strong>los</strong> dioses simplemente no podían comprender.<br />

Hoy, sin embargo, la pregunta de Wang−mu no tuvo nada que ver con <strong>los</strong> dioses, o al menos no<br />

tuvo nada que ver con el<strong>los</strong> al principio.<br />

−¿Qué es lo que detuvo por fin a la Flota Lusitania? −preguntó.<br />

Qing−jao casi respondió con una risa: "¡Si lo supiera, podría descansar!". Pero entonces advirtió<br />

que Wang−mu probablemente ni siquiera sabía que la Flota Lusitania había desaparecido.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!