27.03.2013 Views

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

la recolada o sólo una descolada muerta e ineficaz.<br />

Los gusanos, algas y bacterias no sufrieron ninguna transformación. En las pruebas realizadas<br />

anteriormente en Lusitania, la solución que contenía las bacterias pasaba de azul a amarillo en<br />

presencia de la descolada; ahora permaneció azul. En Lusitania, <strong>los</strong> pequeños gusanos habían<br />

muerto y flotado en la superficie, convertidos en carcasas grises, pero ahora continuaban<br />

moviéndose, conservando el color púrpura amarronado que, al menos en el<strong>los</strong>, significaba vida. Y<br />

las algas, en vez de descomponerse y disolverse por completo, continuaban siendo finos hi<strong>los</strong> y<br />

filamentos llenos de vida.<br />

−Hecho, entonces −anunció Ender.<br />

−Al menos, podemos albergar esperanza −dijo Ela.<br />

−Sentaos −ordenó Miro−. Si hemos acabado, ella nos llevará de regreso.<br />

Ender se sentó. Miró al asiento que antes ocupaba Miro. Su antiguo cuerpo lisiado ya no era<br />

identificable como humano. Continuaba desmoronándose, convirtiéndose en polvo o en líquido.<br />

Incluso las ropas se disolvían.<br />

−Ya no forma parte de mi pauta−dijo Miro−. Ya no hay nada que lo mantenga.<br />

−¿Pero qué hay de el<strong>los</strong>? −demandó Ender−. ¿Por qué no se disuelven?<br />

−¿Y tú? −preguntó Peter−. ¿Por qué no te disuelves tú? Ahora no te necesita nadie. Eres un viejo<br />

carcamal que ni siquiera puede conservar a su mujer. Y nunca has tenido un hijo propio, eunuco<br />

patético. Deja tu puesto a un hombre de verdad. Nadie te ha necesitado nunca: todo lo que has<br />

realizado podría haberlo hecho yo mucho mejor, y nunca habrías igualado todo lo que yo hice.<br />

Ender se cubrió la cara con las manos. Ni en sus peores pesadillas había imaginado una situación<br />

como ésta. Sí, sabía que iban a un lugar donde su mente podría crear cosas. Pero nunca se le había<br />

ocurrido que Peter estaría todavía esperando allí. Creía haber extinguido aquel antiguo odio hacía<br />

mucho tiempo.<br />

Y Valentine..., ¿por qué iba a crear a otra Valentine? ¿Tan joven y perfecta, tan dulce y hermosa?<br />

Había una Valentine esperándolo en Lusitania. ¿Qué pensaría al ver lo que había creado con su<br />

mente? Tal vez sería halagador saber qué cerca la tenía en su corazón; pero también sabría que él<br />

guardaba su imagen del pasado, no su imagen del presente.<br />

Los secretos más oscuros y más brillantes de su corazón quedarían revelados en cuanto se abriera la<br />

puerta y tuviera que salir a la superficie de Lusitania.<br />

−Disolveos −les ordenó−. Desmoronaos.<br />

−Hazlo tú primero, viejo −rió Peter−. Tu vida está acabada, y la mía apenas está empezando. La<br />

primera vez sólo tenía la Tierra, sólo un planeta cansado; me resultó tan fácil como ahora lo sería<br />

matarte con las manos desnudas, si quisiera. Podría romperte el cuello como una rama seca.<br />

−Inténtalo −susurró Ender−. Ya no soy un niñito asustado.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!