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ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

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Wang−mu inclinó la cabeza hasta que casi, casi, tocó el suelo. Entonces salió de la habitación, sin<br />

dar la espalda a su señora. "Si me tratas de esta forma, entonces yo te trataré como a una gran dama,<br />

y si no detectas la ironía de mis acciones, entonces, ¿cuál de las dos es la tonta?"<br />

El Maestro Han no estaba en su habitación cuando Wang−mu regresó. Tal vez estuviera en el cuarto<br />

de baño y regresaría en cualquier momento. Tal vez ejecutaba algún ritual de <strong>los</strong> agraciados, en<br />

cuyo caso no volvería hasta al cabo de varias horas. Wang−mu estaba demasiado llena de preguntas<br />

para esperarlo. Acercó <strong>los</strong> documentos al terminal, consciente de que Jane estaría observándola. Sin<br />

duda, también había sido testigo de todo lo sucedido en la habitación de Qing−jao.<br />

Sin embargo, Jane esperó a que Wang−mu pronunciara las preguntas que Qing−jao le había<br />

formulado antes de empezar a contestar. Y entonces Jane respondió primero a la cuestión de la<br />

veracidad.<br />

−Los documentos de Lusitania son auténticos −aseguró−. Ela, Novinha, Ouanda y todos <strong>los</strong> demás<br />

que <strong>los</strong> han estudiado están profundamente especializados, sí, pero además son muy competentes en<br />

su especialidad. Si Qing−jao hubiera leído la Vida de Humano, habría visto cómo funciona esa<br />

docena de especies.<br />

−Pero me resulta difícil comprender lo que dice −suspiró Wang−mu−. He intentado pensar cómo<br />

puede ser cierto todo eso, que hubiera tan pocas especies para que se desarrollara una gaialogía real,<br />

y sin embargo el planeta está bastante bien regulado para albergar vida. ¿Es posible que no haya<br />

presión ambiental en Lusitania?<br />

−No. Tengo acceso a todos <strong>los</strong> datos astronómicos de <strong>los</strong> satélites de allí, y en el tiempo en que la<br />

humanidad ha estado presente en el sistema Lusitania, el planeta y su sol han mostrado todas las<br />

fluctuaciones normales. Ahora mismo parece haber una tendencia a un enfriamiento global.<br />

−Entonces, ¿cómo responden las formas de vida de Lusitania? El virus de la descolada no <strong>los</strong> dejará<br />

evolucionar..., intenta destruir todo lo que sea extraño, y por eso matará a <strong>los</strong> humanos y a la reina<br />

colmena, si puede.<br />

La imagen de Jane, sentada en el aire en la posición del loto sobre el terminal del Maestro Han, alzó<br />

una mano.<br />

−Un momento −pidió.<br />

Luego la bajó.<br />

−He estado repitiendo tus preguntas a mis amigos, y Ela está muy excitada.<br />

Una nueva cara apareció en la pantalla, justo detrás y por encima de la imagen de Jane. Era una<br />

mujer de piel oscura y aspecto negroide; o una mezcla, tal vez, ya que no era demasiado oscura, y<br />

su nariz era fina. "Ésta es Elanora −pensó Wang−mu−. Jane me está mostrando a una mujer que<br />

vive a muchos años luz de distancia. ¿Le estará mostrando también mi cara a ella? ¿Cómo me ve<br />

esta Ela? ¿Le parezco estúpida sin remisión?"<br />

Pero estaba claro que Ela no pensaba en Wang−mu. Hablaba, en cambio, de sus preguntas.

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