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ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

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Olhado.<br />

"Claro que está jugando con el<strong>los</strong> −pensó Ender−. No es más que una niña, por muchas<br />

experiencias que tenga gracias a mis recuerdos."<br />

Pero mientras aguardaba en la puerta, observando, advirtió que ella no jugaba por igual con todos<br />

<strong>los</strong> niños. Quien requería su atención era Nimbo. El niño que se había quemado, en más de un<br />

sentido, la noche de la algarada. El juego de <strong>los</strong> niños era bastante simple, pero les impedía hablar<br />

unos con otros. Sin embargo, la<br />

conversación entre Nimbo y la joven Val era elocuente. La sonrisa que ella le dirigía era cálida, no<br />

al modo en que una mujer anima a un amante, sino como ofrece una hermana un silencioso mensaje<br />

de amor, de confianza, de fe.<br />

"Ella lo está curando −pensó Ender−. Igual que Valentine me curó a mí hace tantos años.<br />

No con palabras.<br />

Sólo con su compañía.<br />

¿Es posible que yo la haya creado incluso con esa habilidad intacta? ¿Tanta confianza y poder había<br />

en mi sueño de ella? Entonces tal vez Peter tenga todo lo que poseía mi hermano real: todo lo que<br />

era peligroso y terrible, pero también lo que creó un orden nuevo."<br />

Por mucho que lo intentara, Ender no conseguía creerlo. La joven Val podía curar con la mirada,<br />

pero Peter no. Su cara era la cara que Ender, años antes, había visto mirándolo desde dentro de un<br />

espejo en el Juego de Fantasía, en una habitación terrible donde murió repetidas veces antes de<br />

poder abrazar finalmente el elemento de Peter que guardaba dentro de sí mismo y continuar.<br />

"Abracé a Peter y acabé con todo un pueblo. Lo tomé dentro de mí y cometí xenocidio. Creía, en<br />

todos estos años transcurridos, que lo había purgado. Que había desaparecido. Pero nunca me<br />

dejará."<br />

La idea de retirarse del mundo y entrar en la orden de <strong>los</strong> Hijos de la Mente de Cristo..., había algo<br />

que lo atraía. Tal vez allí Novinha y él podrían purgar juntos <strong>los</strong> demonios que <strong>los</strong> habitaban desde<br />

hacía años. "Novinha nunca ha estado tan en paz como esta noche", pensó Ender.<br />

La joven Val se dio cuenta de su presencia en la puerta, y se acercó a él.<br />

−¿Por qué estás aquí? −le preguntó.<br />

−Te buscaba.<br />

−Plikt y yo vamos a pasar la noche con la familia de Olhado.<br />

Ella miró a Nimbo y sonrió. El niño le devolvió la sonrisa, alelado.<br />

−Jane dice que vas a salir con la nave.<br />

−Si Peter puede contener a Jane en su interior, también podré yo. Miro vendrá conmigo.<br />

Buscaremos mundos habitables.

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