27.03.2013 Views

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

−Eso sería una tontería −dijo−. Para empezar, ¿por qué crees que irían? Y en segundo lugar, ¿qué te<br />

hace pensar que no crearías simplemente otros dos más? ¿No has oído la historia del aprendiz de<br />

brujo? Llevar<strong>los</strong> de vuelta sería como volver a cortar las escobas por la mitad otra vez... y acabarías<br />

con más escobas. No empeoremos las cosas.<br />

Y aquí se encontraban, caminando juntos hacia el laboratorio: Peter, con el alcalde Kovano<br />

completamente en el bolsillo. La joven Val, que se había ganado igualmente a Quara, aunque su<br />

propósito era altruista en vez de explotador. Y Ender, su creador, furioso, humillado y asustado.<br />

"Yo <strong>los</strong> creé, por tanto soy responsable de todo lo que hagan. Y a la larga, <strong>los</strong> dos causarán terribles<br />

daños. Peter, porque hacer daño es su naturaleza, al menos tal como lo concebí en las pautas de mi<br />

mente. Y la joven Val, a pesar de su bondad innata, porque su propia existencia es una profunda<br />

ofensa a mi hermana Valentine."<br />

−No dejes que Peter te engañe−susurró Jane en su oído.<br />

−La gente cree que me pertenece −subvocalizó Ender−. Suponen que debe ser inofensivo porque yo<br />

lo soy. Pero no tengo control sobre él.<br />

−Creo que lo saben.<br />

−Tengo que sacarlo de aquí.<br />

−Estoy trabajando en eso −le aseguró Jane.<br />

−Tal vez debería coger<strong>los</strong> y enviar<strong>los</strong> a algún planeta desierto.<br />

−¿Conoces la obra de Shakespeare, La Tempestad?<br />

−Caliban y Ariel, ¿eso es lo que son?<br />

−Ya que no puedo matar<strong>los</strong>, <strong>los</strong> exiliaré.<br />

−Estoy trabajando en ello −repitió Jane−. Después de todo, son parte de ti, ¿no? ¿Parte de la pauta<br />

de tu mente? ¿Y si puedo usar<strong>los</strong> a el<strong>los</strong> en tu lugar, para permitirme ir al Exterior? Entonces<br />

tendríamos tres naves, y no sólo una.<br />

−Dos −dijo Ender−. Yo nunca volveré al Exterior.<br />

−¿Ni siquiera durante un microsegundo? ¿Si te llevo y te traigo de nuevo? No hay ninguna<br />

necesidad de quedarse allí.<br />

−La causa no fue que nos quedáramos −se lamentó Ender−. Peter y la joven Val aparecieron<br />

instantáneamente. Si regreso al Exterior, volveré a crear<strong>los</strong>.<br />

−Muy bien. Dos naves, entonces. Una con Peter, otra con la joven Val. Déjame que lo calcule, si<br />

puedo. No podemos hacer sólo un trayecto y abandonar para siempre el viaje más rápido que la luz.<br />

−Sí que podemos. Conseguimos la recolada. Miro se procuró un cuerpo sano. Con eso basta,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!