27.03.2013 Views

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

suspiro cruzara sus labios.<br />

−¿Cómo están nuestros enemigos en vuelo?−preguntó.<br />

La había saludado de esta forma durante muchos años.<br />

−No muy bien −respondió Jane.<br />

−Tal vez no deberías de haberlo bloqueado. Habríamos encontrado un medio. Los escritos de<br />

Valentine...<br />

−Están a punto de descubrir su verdadera identidad.<br />

−Todo está a punto de ser descubierto.<br />

No añadió: "por tu culpa".<br />

−Sólo porque Lusitania estaba destinada a la destrucción −respondió ella.<br />

Tampoco dijo: "por tu culpa". Había responsabilidad de sobra que repartir.<br />

−Entonces, ¿saben lo de Valentine?<br />

−Una muchacha acabará por averiguarlo. En el mundo de Sendero.<br />

−No conozco el lugar.<br />

−Una colonia nueva, de hace un par de sig<strong>los</strong>. China. Dedicada a conservar una extraña mezcla de<br />

religiones antiguas. Los dioses les hablan.<br />

−He vivido en más de un mundo chino −comentó Ender−. En todos el<strong>los</strong>, la gente creía en <strong>los</strong><br />

antiguos dioses. Están vivos en cada mundo, incluso aquí, en la más pequeña de todas las colonias<br />

humanas. Todavía hay milagros de curación en el altar de Os Venerados. Raíz nos ha hablado de<br />

una nueva herejía en las tierras del interior. Algunos pequeninos que comulgan constantemente con<br />

el Espíritu Santo.<br />

−Este asunto de <strong>los</strong> dioses es algo que no comprendo −dijo Jane−. ¿Nadie se ha dado cuenta todavía<br />

de que <strong>los</strong> dioses siempre dicen lo que la gente quiere oír?<br />

−No tanto. Los dioses a menudo nos piden que hagamos cosas que nunca deseamos, cosas que<br />

requieren que lo sacrifiquemos todo por el<strong>los</strong>. No subestimes a <strong>los</strong> dioses.<br />

−¿Te habla tu Dios católico?<br />

−Tal vez sí. Pero yo nunca lo oigo. O si lo hago, nunca sé que es su voz lo que escucho.<br />

−Y cuando morís, ¿os llevan realmente <strong>los</strong> dioses de cada pueblo a un lugar para vivir eternamente?<br />

−No lo sé. Nunca escriben.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!