27.03.2013 Views

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

destrucción?<br />

Qing−jao siguió el ejemplo de su padre y habló pacientemente a Wang−mu.<br />

−Es sólo un programa, no conoce el contenido de <strong>los</strong> mensajes. Quienquiera que lo gobierna le ha<br />

dicho que oculte todas las comunicaciones de la flota, y que oculte el rastro de todos <strong>los</strong> mensajes<br />

de Demóstenes. Desde luego, no lee <strong>los</strong> mensajes y decide si debe enviar<strong>los</strong> a partir del contenido.<br />

−¿Cómo lo sabes? −preguntó Wang−mu.<br />

−¡Porque un programa así tendría que ser... inteligente!<br />

−Pero tendría que serlo de todas formas −insistió Wang−mu−. Tiene que serlo para ser capaz de<br />

esconderse de cualquier otro programa que pudiera localizarlo. Tiene que ser capaz de moverse en<br />

la memoria y ocultarse. ¿Como podría saber de qué programa tiene que esconderse, a menos que<br />

pudiera leer<strong>los</strong> e interpretar<strong>los</strong>? Puede que incluso sea lo bastante inteligente para reescribir otros<br />

programas a fin de que no busquen en <strong>los</strong> lugares donde está oculto.<br />

Qing−jao pensó un instante en varias razones por las que un programa podía ser lo bastante listo<br />

para leer otros programas pero no tanto como para comprender <strong>los</strong> lenguajes humanos. Pero como<br />

su padre estaba allí, era él quien tenía que contestar a Wang−mu. Qing−jao esperó.<br />

−Si existe un programa así −dijo Han Fei−tzu−, tendría que ser muy inteligente.<br />

Qing−jao se quedó de una pieza. Su padre tomaba en serio a Wang−mu. Como si sus ideas no<br />

fueran las de una niña ingenua.<br />

−Podría ser lo bastante inteligente para no sólo interceptar mensajes, sino que también enviar<strong>los</strong>.<br />

−Entonces su padre sacudió la cabeza−. No, el mensaje vino de una amiga. Una auténtica amiga, y<br />

habló de cosas que nadie más podría saber. Fue un mensaje verdadero.<br />

−¿Qué mensaje recibiste, padre?<br />

−Fue de Keikoa Amaauka; la conocí en persona cuando éramos jóvenes. Era la hija de un científico<br />

de Otaheiti que estuvo aquí para estudiar <strong>los</strong> cambios genéticos de las especies terrestres en sus<br />

primeros dos sig<strong>los</strong> en Sendero. Se marcharon..., les ordenaron marcharse de una manera bastante<br />

brusca... −Hizo una pausa, como si considerara la conveniencia de decir algo. Entonces se decidió,<br />

y lo dijo−: Si ella se hubiera quedado, podría haberse convertido en tu madre.<br />

Qing−jao se sintió a la vez emocionada y aterrada al ver que su padre le contaba una cosa así.<br />

Nunca hablaba de su pasado. Ahora, la declaración de que una vez había amado a otra mujer<br />

además de a su esposa fue tan inesperada que Qing−jao no supo qué decir.<br />

−La enviaron a algún lugar muy lejano. Han pasado treinta y cinco años. La mayor parte de mi vida<br />

ha transcurrido desde que ella se marchó. Pero su viaje terminó hace tan sólo un año. Y ahora me ha<br />

enviado un mensaje diciéndome por qué ordenaron a su padre que se marchara. Para ella, nuestra<br />

separación ocurrió hace solamente un año. Para ella, yo sigo siendo...<br />

−Su amante −apuntó Wang−mu.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!