27.03.2013 Views

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

ENDER EL XENOCIDA Orson Scott Card - los dependientes

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Lusitania.<br />

Tras arrodillarse, eligió deliberadamente la veta más estrecha y débil de la tabla más clara que<br />

encontró. Ésa sería una penitencia dura: tal vez <strong>los</strong> dioses la juzgarían lo bastante limpia para<br />

mostrarle la solución del problema que su padre le había planteado. Tardó media hora en cruzar la<br />

habitación, pues constantemente perdía la veta y tenía que empezar de nuevo una y otra vez.<br />

Al final, exhausta por la labor virtuosa y con <strong>los</strong> ojos irritados por seguir las líneas, ansió<br />

desesperadamente el sueño. En cambio, se sentó en el suelo ante su terminal y solicitó el resumen<br />

de su trabajo hasta el momento. Después de examinar y eliminar todos <strong>los</strong> absurdos inútiles que se<br />

habían acumulado durante la investigación, Qing−jao se había quedado con tres amplias categorías<br />

de posibilidad. Primero, que la desaparición obedeciera a algún hecho natural que, a la velocidad de<br />

la luz, no resultara visible a <strong>los</strong> astrónomos que observaban el cielo. Segundo, la pérdida de las<br />

comunicaciones ansibles fue el resultado de un sabotaje o de una decisión de la propia flota.<br />

Tercero, que la pérdida de las comunicaciones se debiera a una conspiración planetaria.<br />

La primera hipótesis quedaba virtualmente eliminada por la forma en que viajaba la flota. Las naves<br />

no estaban suficientemente cerca para que ningún fenómeno natural conocido las destruyera<br />

simultáneamente. La flota no se había encontrado antes de partir: el ansible hacía que esas cosas<br />

fueran una pérdida de tiempo. En cambio, todas las naves se dirigieron a Lusitania desde el lugar<br />

donde se encontraban cuando fueron asignadas a la flota. Incluso ahora, con sólo un año<br />

aproximado de viaje antes de colocarse todas en la órbita de la estrella de Lusitania, estaban tan<br />

separadas que ningún hecho natural concebible podría haberlas afectado a todas a la vez.<br />

La segunda categoría podía considerarse casi tan improbable por el hecho de que la flota entera<br />

había desaparecido, sin excepción. ¿Podía algún plan humano funcionar con tanta perfección y<br />

eficiencia, y sin dejar ninguna prueba de su preparación en ninguna de las bases de datos o perfiles<br />

de personalidad o diarios de comunicación que se mantenían en <strong>los</strong> ordenadores planetarios?<br />

Tampoco había la más leve evidencia de que nadie hubiera alterado o escondido ningún dato, o<br />

enmascarado las comunicaciones para evitar dejar rastros. Si era un plan de la flota, no existía<br />

ninguna prueba, ni engaño, ni error.<br />

La misma falta de evidencias hacía que la idea de una conspiración planetaria fuera aún más<br />

improbable. Por otra parte, el carácter simultáneo de la desaparición de la flota hacía que todas las<br />

posibilidades fueran aún menos dignas de crédito.<br />

Por lo que podían determinar, todas las naves habían roto las comunicaciones ansibles casi en el<br />

mismo momento exacto. Podría haber una diferencia de segundos, quizás incluso de minutos, pero<br />

en cualquier caso no llegaron a cinco, ni hubo una abertura suficientemente amplia para que nadie a<br />

bordo de una nave hiciera ninguna observación de la desaparición de otra.<br />

El resumen era elegante en su simpleza. No quedaba nada. La evidencia era tan completa como<br />

podría llegar a serlo jamás, y hacía inconcebible cualquier explicación imaginable.<br />

"¿Por qué me ha hecho esto mi padre?", se preguntó, y no por primera vez.<br />

Inmediatamente (como de costumbre), se sintió sucia por formular esa pregunta, por dudar de la<br />

perfecta corrección de su padre en todas las decisiones. Necesitaba lavarse, sólo un poco, para<br />

anular la impureza de su duda.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!