09.02.2015 Views

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

estúpido para sacar una conclusión sobre lo que fuera sin dedicarle muchas horas<br />

de meditación, aunque nosotros fuéramos tan int<strong>el</strong>igentes que no necesitáramos ni<br />

un minuto.<br />

A nosotros nos pareció que Willi había sido muy superficial en su análisis;<br />

había hablado como si hubiera estado en un comité, sin comunicar nada en<br />

absoluto acerca de nuestras nuevas inquietudes, d<strong>el</strong> nuevo tono de escepticismo y<br />

sarcasmo.<br />

Y Paul, sin contar con Willi, decidió hacerle saber a George la verdad a su<br />

manera. Empezó un diálogo con Ted. Recuerdo que yo observé a Ted,<br />

preguntándome si aceptaría aqu<strong>el</strong> reto frívolo y caprichoso. Ted dudó, tuvo un<br />

gesto de incomodidad, pero acabó por tomar parte. Y precisamente porque no era<br />

su estilo, e iba contra sus más profundas convicciones, sus palabras cobraron una<br />

cualidad excesiva y violenta, que nos sobresaltó más que lo que decía Paul.<br />

Paul había empezado describiendo una reunión d<strong>el</strong> comité con los «dos<br />

hombres y medio» para decidir <strong>el</strong> destino d<strong>el</strong> continente africano «sin,<br />

naturalmente», mencionar para nada a los propios africanos. (Esto era una clara<br />

traición: ¡admitir en presencia de extraños como Stanley Lett y Johnnie, <strong>el</strong> pianista,<br />

que teníamos dudas acerca de nuestras convicciones! George miró con incertidumbre<br />

a la pareja, decidió que debía haberse agregado a nuestro grupo, pues de lo<br />

contrario era inconcebible tanta irresponsabilidad, y sonrió complacido de que<br />

contáramos con dos nuevos miembros.) Y entonces Paul describió cómo los dos<br />

hombres y medio, encontrándose en Mashopi, emprendían la tarea de «encarrilar a<br />

Mashopi según la línea correcta de acción».<br />

—Yo diría que <strong>el</strong> hot<strong>el</strong> sería buen sitio para empezar, ¿no crees, Ted<br />

—Cerca d<strong>el</strong> bar, Paul, la instalación es moderna.<br />

(Ted no era un gran bebedor, y George le miró arrugando <strong>el</strong> ceño, pasmado,<br />

cuando dijo eso.)<br />

—La dificultad es que no se trata precisamente de un centro de desarrollo<br />

d<strong>el</strong> proletariado industrial. Claro que uno podría decir, y de hecho quizá tendríamos<br />

que reconocerlo, que lo mismo pasa con <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> país.<br />

—Exacto, Paul. Sin embargo, por otro lado la región está llena de peones<br />

agrícolas muy atrasados y muertos de hambre.<br />

—Los cuales sólo requieren una mano rectora de dicho proletariado, si<br />

existiera.<br />

—¡Ah! Pero yo tengo la solución. Hay cinco diablos negros por aquí,<br />

trabajando en las vías d<strong>el</strong> ferrocarril, cubiertos de harapos y sumidos en la miseria,<br />

que seguro nos servirían, ¿no<br />

—O sea que lo único que falta es convencerles de la visión correcta de su<br />

posición de clase, y conseguiremos levantar a toda la región en un motín<br />

revolucionario antes de que podamos decir «comunismo de izquierdas, infantilismo<br />

revolucionario».<br />

George miró a Willi con la esperanza de que fuera a protestar. Pero aqu<strong>el</strong>la<br />

mañana Willi me había dicho que pensaba dedicarse a estudiar, que ya no quería<br />

100

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!