09.02.2015 Views

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Me la llevé a Italia.<br />

A pesar suyo, la voz sonaba llena de resentimiento por haber tenido que<br />

hacer aqu<strong>el</strong> viaje.<br />

—¡Richard!—exclamaron las dos a la vez.<br />

—No disfruta en mi compañía… —prosiguió Richard—. Me espiaba todo <strong>el</strong><br />

tiempo... Continuamente podía notar cómo espiaba si yo miraba a alguna mujer,<br />

esperando a que me d<strong>el</strong>atara. No lo aguanto.<br />

—¿Bebía mientras estabais de vacaciones<br />

—No, pero...<br />

—¿Ves —dijo Molly, abriendo sus grandes manos blancas, como diciendo: «<br />

¿Qué más queda por aclarar».<br />

—Mira, Molly, no bebía porque era como una competición, ¿comprendes<br />

Casi como un pacto. Yo no bebo si tú no miras a las chicas. Por poco enloquezco.<br />

Además, los hombres nos encontramos con ciertas dificultades prácticas... Bueno,<br />

estoy seguro que vosotras dos, como mujeres emancipadas que sois, lo<br />

comprenderéis; pero yo no puedo hacer nada con una mujer que me vigila como un<br />

carc<strong>el</strong>ero... Irse a la cama con Marion después de una de aqu<strong>el</strong>las tardes<br />

maravillosas era, en cierto modo, como un reto, como un «a ver si quedas bien».<br />

Total, que con Marion no conseguí que se me levantara. ¿Entendéis lo que quiero<br />

decir Y ya hace una semana que estamos de vu<strong>el</strong>ta. De momento, todo parece<br />

marchar. He pasado todas las noches en casa, como un buen marido: nos<br />

sentamos en <strong>el</strong> salón y nos comportamos muy bien. Ella procura no preguntarme<br />

qué he hecho o a quién he visto, y yo procuro no dirigir la vista hacia la bot<strong>el</strong>la de<br />

whisky. Pero la miro cuando sale de la habitación y alcanzo a oír su cerebro que va<br />

diciendo, como un tic: Debe de haber estado con alguna mujer, porque no me<br />

desea. Es un infierno, de verdad. ¡De acuerdo! —gritó de pronto, doblándose hacia<br />

ad<strong>el</strong>ante y haciendo un esfuerzo desesperado para ser sincero—.De acuerdo, Molly.<br />

Pero no se puede pedir todo. Vosotras sermoneáis mucho sobre <strong>el</strong> matrimonio...<br />

Puede que tengáis razón; tal vez sí. Todavía no he visto ni un matrimonio que se<br />

acercara a lo que se supone que debería ser. De acuerdo. Pero vosotras cuidáis de<br />

manteneros bien alejadas de todo <strong>el</strong>lo. Es una institución endiablada, de acuerdo.<br />

Pero yo estoy metido en <strong>el</strong>la y vosotras habláis desde fuera, bien a salvo.<br />

Anna miró a Molly muy secamente, y ésta levantó las cejas con un suspiro.<br />

—Y ahora ¿qué hay —preguntó Richard, jovialmente.<br />

—Estamos reflexionando sobre cuan a salvo nos encontramos estando al<br />

margen —dijo Anna en <strong>el</strong> mismo tono.<br />

—Basta de bromas —intervino Molly—. ¿Tienes idea d<strong>el</strong> precio que nos<br />

hacen pagar a las mujeres como nosotras<br />

—Bueno —repuso Richard—, no lo sé, y la verdad es que vosotras os lo<br />

habéis buscado. ¿A mí por qué debe importarme Lo que sé es que hay un<br />

problema que vosotras no tenéis...; un problema puramente físico. ¿Cómo lograr<br />

una erección con la mujer que está casada con uno desde hace quince años<br />

39

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!