09.02.2015 Views

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

esperanza, supongo, de que surgiera una idea nueva que nos sacara d<strong>el</strong> enredo en<br />

que nos encontrábamos. La «línea» era simple y admirable: en una sociedad<br />

dominada por las diferencias raciales, <strong>el</strong> deber de los socialistas era, obviamente,<br />

luchar contra <strong>el</strong> racismo. Por lo tanto, «la marcha ad<strong>el</strong>ante» debía realizarse por<br />

medio de una combinación de vanguardias progresistas de blancos y negros.<br />

¿Quiénes estaban destinados a ser la vanguardia blanca Naturalmente, los<br />

sindicatos. ¿Y quién la vanguardia negra Los sindicatos negros, claro. De<br />

momento, no había sindicatos negros porque estaban fuera de la ley, y las masas<br />

negras no estaban desarrolladas suficientemente para la acción ilegal. En cuanto a<br />

los sindicatos blancos, c<strong>el</strong>osos de sus privilegios, eran más hostiles a los africanos<br />

que cualquier otro grupo de la población blanca. Así que aqu<strong>el</strong> esquema nuestro de<br />

lo que debiera ocurrir, de lo que de hecho tenía que ocurrir, ya que según <strong>el</strong> primer<br />

principio <strong>el</strong> proletariado era quien abriría <strong>el</strong> camino hacia la libertad, no estaba de<br />

ningún modo reflejado en la realidad. Sin embargo, <strong>el</strong> primer principio era<br />

demasiado sagrado para ponerlo en duda. El nacionalismo negro estaba<br />

considerado entre nosotros (y en <strong>el</strong> Partido comunista sudafricano) como una<br />

desviación reaccionaria que había que combatir. El primer principio, basado como<br />

estaba en la más fundamental idea humanista, nos llenaba de sentimientos éticos<br />

muy reconfortantes.<br />

Veo que ya vu<strong>el</strong>vo a caer en <strong>el</strong> tono degradante y cínico. No obstante,<br />

¡cuánto consu<strong>el</strong>a ese tono! Es como un emplasto sobre una herida, pues no hay<br />

duda de que se trata de una herida... Miles de personas, al igual que yo misma, no<br />

pueden recordar <strong>el</strong> tiempo que dedicaron al «Partido», bien como miembros o como<br />

colaboradores, sin una angustia terrible y h<strong>el</strong>ada. Sin embargo, este dolor es tan<br />

p<strong>el</strong>igroso como <strong>el</strong> de la nostalgia: es su primo hermano e igualmente dañino.<br />

Continuaré escribiendo sobre <strong>el</strong>lo cuando lo pueda hacer con naturalidad, sin este<br />

tono.<br />

Recuerdo que Maryrose puso punto final a la discusión observando:<br />

—¡Pero si no estáis diciendo nada que no hayáis ya dicho antes!<br />

Esto fue definitivo. Lo hacía a menudo, tenía la capacidad de hacernos callar<br />

a todos. Sin embargo, los hombres la trataban como a una chiquilla, les parecía que<br />

no poseía grandes cualidades para la teoría política, y <strong>el</strong>lo porque no podía o no<br />

quería usar la jerga. Pero comprendía con rapidez lo que era importante, y lo<br />

traducía en términos simples. Hay un tipo de mentalidad, como la de Willi, que sólo<br />

puede aceptar ideas si están expresadas en <strong>el</strong> mismo lenguaje que usaría él.<br />

En aqu<strong>el</strong>la ocasión dijo:<br />

—Debe de haber algún error, porque de lo contrario no tendríamos que<br />

pasarnos horas y horas discutiéndolo de esta manera.<br />

Habló con seguridad y nadie rechistó. Pero Maryrose, notando cómo los<br />

demás se cargaban de paciencia, lo que la hizo sentirse incómoda, dijo, suplicante:<br />

—No me expreso bien, pero ya sabéis lo que quiero decir...<br />

Debido a aqu<strong>el</strong> tono de súplica, los hombres recobraron su buen humor y<br />

Willi dijo, con benevolencia:<br />

—Claro que te expresas bien. Una persona tan guapa como tú, ¿cómo puede<br />

expresarse mal<br />

85

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!