09.02.2015 Views

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

He tenido varios sueños, todos r<strong>el</strong>acionados con <strong>el</strong> hecho de que Micha<strong>el</strong> me<br />

abandona. Gracias a mis sueños me he dado cuenta de que pronto me dejará;<br />

pronto se irá. Cuando duermo, observo las escenas de su marcha sin experimentar<br />

ninguna emoción. Despierta, me siento desesperadamente desgraciada; en cambio,<br />

dormida, nada me emociona. La señora Marks me ha preguntado, hoy:<br />

—Si le pidiera que me resumiese en una frase lo que ha aprendido conmigo,<br />

¿qué respondería<br />

—Que me ha enseñado a llorar —contesto, no sin sequedad.<br />

Sonríe, aceptando mi tono e insiste:<br />

—¿Y qué<br />

—Pues que soy cien veces más vulnerable que antes.<br />

—¿Y qué más ¿Eso es todo<br />

—¿Quiere decir que soy cien veces más fuerte No estoy segura, no estoy<br />

nada segura. Espero que sí...<br />

Entonces <strong>el</strong>la ha dicho, con énfasis:<br />

—Yo sí que estoy segura. Es usted mucho más fuerte. Y la experiencia la<br />

inspirará para escribir. —Ha dado una cabezada rápida y firme, añadiendo—: Ya lo<br />

verá. Dentro de unos meses, tal vez dentro de unos años.<br />

Me he encogido de hombros. Luego, le he pedido hora para la semana<br />

próxima: será la última visita.<br />

23 de abril<br />

Para la última visita he tenido un sueño especial. Se lo he contado a la<br />

señora Marks. Soñé que sostenía entre las manos una especie de cajita que<br />

contenía algo de mucho valor. Yo iba arriba y abajo por una habitación larga que<br />

era como una galería de arte o una sala de conferencias, pues estaba llena de<br />

pinturas y estatuas muertas. (Cuando he pronunciado la palabra muertas, la señora<br />

Marks ha sonreído irónicamente.) Al fondo de la sala, sobre una especie de tarima,<br />

había un grupo de personas esperando. Aguardaban a que les diera la cajita, y yo<br />

me sentía muy dichosa de poder entregarles por fin aqu<strong>el</strong> objeto de tanto valor.<br />

Pero cuando fui a dárs<strong>el</strong>o, me percaté repentinamente de que todos eran hombres<br />

223

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!