09.02.2015 Views

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

[El segundo <strong>cuaderno</strong>, <strong>el</strong> rojo, había sido empezado sin ningún indicio de<br />

vacilación. En la primera página había escrito «Partido comunista británico»,<br />

subrayando con dos líneas, y debajo la fecha, 3 de enero de 1950:]<br />

La semana pasada vino Molly a medianoche para decirme que se había<br />

repartido un cuestionario entre los miembros d<strong>el</strong> Partido para preguntarles por su<br />

pasado como tales. Dicho cuestionario contenía una sección en la que se pedía<br />

dieran detalles de sus «dudas y dificultades» al respecto. Molly dijo que había<br />

empezado a contestarlo, suponiendo que bastarían unas cuantas frases, y se<br />

encontró escribiendo una «tesis entera... Docenas de páginas horribles». Parecía<br />

disgustada consigo misma.<br />

—¿Qué quiero... ¿Un confesionario En fin, ya que lo he escrito, lo voy a<br />

mandar.<br />

Le dije que estaba loca, y añadí:<br />

—Supongamos que un día <strong>el</strong> Partido comunista sube al poder y que ese<br />

documento se encuentra en <strong>el</strong> fichero... Si necesitan pruebas para ahorcarte, ahí<br />

las tienen... multiplicadas por mil.<br />

Me dirigió aqu<strong>el</strong>la sonrisita suya, algo irritada, característica de cuando digo<br />

cosas semejantes. Molly no es una comunista inocente.<br />

—Eres muy cínica —dijo.<br />

—Sabes que es cierto. O que lo podría ser —contesté.<br />

—Si piensas eso, ¿por qué dices que a lo mejor vas a ingresar en <strong>el</strong> Partido<br />

—¿Y tú por qué permaneces en él, si también lo piensas<br />

Volvió a sonreír con ironía, pues la irritación se había desvanecido y movió la<br />

cabeza. Se quedó un rato meditabunda, fumando.<br />

—¡Qué curioso es todo! —exclamó por fin—. ¿Verdad, Anna<br />

Y por la mañana me comunicó:<br />

—He seguido tu consejo; lo he hecho pedazos.<br />

Aqu<strong>el</strong> mismo día tuve una llamada t<strong>el</strong>efónica d<strong>el</strong> camarada John, para<br />

decirme que le habían hablado de que yo iba a ingresar en <strong>el</strong> partido, y que <strong>el</strong><br />

«camarada Bill, <strong>el</strong> que se ocupa de la parte cultural», quería mantener una<br />

entrevista conmigo.<br />

—Pero no tienes por qué verle, si no quieres —añadió John<br />

apresuradamente—. Sólo desea conocer al primer int<strong>el</strong>ectual que está dispuesto a<br />

ingresar en <strong>el</strong> Partido desde que empezó la guerra fría.<br />

Me atrajo <strong>el</strong> tono sardónico de estas palabras y dije que vería al camarada<br />

Bill, si bien, de hecho, aún no había decidido si entraría o no. Una razón en favor<br />

d<strong>el</strong> no era que odio hacerme miembro de cualquier cosa, lo cual me parece<br />

134

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!