09.02.2015 Views

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

semanas que duró la visita de Hans P., pendiente de cada una de sus palabras.<br />

Cuando Hans P. se marchó dijo, desde una <strong>el</strong>evada cumbre moral:<br />

—Ya comprenderá que yo nunca admito que los sentimientos personales<br />

interfieran mi conciencia crítica.<br />

A lo que James replicó «retorciéndose de vileza moral», según su<br />

descripción:<br />

—Claro que sí, pues claro... Lo comprendo, hombre... Pero lo que cuenta es<br />

comunicar, claro.<br />

Dos semanas más tarde, Hans P. escribió un artículo sobre la obra de James<br />

diciendo que <strong>el</strong> <strong>el</strong>emento decadente era más bien la expresión d<strong>el</strong> cinismo honesto<br />

de un joven que acusa <strong>el</strong> estado de la sociedad, y no un <strong>el</strong>emento inherente a la<br />

visión que James tiene de la vida. James se pasó la tarde retorciéndose de risa por<br />

<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o.<br />

James es <strong>el</strong> revés de la careta habitual d<strong>el</strong> joven escritor. Todos, o casi<br />

todos, son realmente ingenuos al empezar; pero luego, medio consciente o medio<br />

inconscientemente, comienzan a usar la ingenuidad como escudo protector. En<br />

cambio, James juega a estar corrompido. Cuando se encuentra, por ejemplo, con<br />

un director de cine que hace <strong>el</strong> juego habitual de pretender que quiere realizar una<br />

p<strong>el</strong>ícula basada en una historia de James, «tal como está, aunque, naturalmente,<br />

deberíamos introducir algunos cambios...», James se pasa toda la tarde con la cara<br />

impávida, tartamudeando por causa de su supuesto interés, y ofreciéndose a hacer<br />

cambios más y más disparatados en honor a la taquilla, mientras que <strong>el</strong> director se<br />

va encontrando cada vez más incómodo. Pero, como dice James, ninguno de los<br />

cambios que a uno se le ocurra sugerir pueden llegar a ser más increíbles que los<br />

que <strong>el</strong>los mismos están dispuestos a hacer, y por eso nunca saben si les estás<br />

tomando <strong>el</strong> p<strong>el</strong>o o no. Les deja «sin habla, emocionados y agradecidos». Pero,<br />

«inexplicablemente», se marchan ofendidos y no vu<strong>el</strong>ven a ponerse en contacto<br />

con él. Otro ejemplo: en una reunión donde haya un crítico o un mandarín con<br />

cierto gusto por la vacuidad, James se sienta a los pies de él o <strong>el</strong>la, pidiendo<br />

realmente favores y derrochando adulaciones. Luego, se ríe. Le digo que todo eso<br />

es muy p<strong>el</strong>igroso, pero él replica que no más p<strong>el</strong>igroso que ser «<strong>el</strong> joven escritor<br />

honesto, auténticamente íntegro».<br />

—La integridad —explica, con una mirada solemne y rascándose la ingle— es<br />

como una capa roja para <strong>el</strong> toro de Mammón o, dicho de otro modo, la integridad<br />

es <strong>el</strong> truco d<strong>el</strong> pobre.<br />

Yo le contesto que bueno, que todo eso... Y él replica:<br />

—Bueno, Anna, ¿y cómo describes tú todos estos pastiches ¿Cuál es la<br />

diferencia entre tú y yo<br />

Le doy la razón; pero, luego, inspirados por <strong>el</strong> éxito obtenido con <strong>el</strong> diario<br />

d<strong>el</strong> joven americano, decidimos inventar otro, supuestamente escrito por una<br />

autora de mediana edad, aunque todavía joven, que ha pasado algunos años en<br />

una colonia africana y a la que atribula su gran sensibilidad. Esto lo hacemos con<br />

miras a Rupert, <strong>el</strong> redactor jefe de Zenith, que me ha pedido le diera «algo mío...<br />

¡por fin!».<br />

James conoce a Rupert y le odia. Rupert es blandengue, apático, histérico,<br />

homosexual, int<strong>el</strong>igente.<br />

377

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!