09.02.2015 Views

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Pero, Molly, eso es imposible. Durante años fuimos comunistas, casi<br />

comunistas o como quieras llamarlo. No podemos, un buen día, decir: «En fin, me<br />

aburre».<br />

—Lo curioso es que me aburre. Sí, ya sé que es raro. Hace dos o tres años<br />

me sentía culpable si no pasaba todo <strong>el</strong> tiempo libre organizando algo. Ahora, no<br />

me siento nada culpable si me limito a hacer mi trabajo y dedico <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> tiempo<br />

a holgazanear por ahí. Me importa un bledo, Anna. Francamente, un bledo.<br />

—No se trata de sentirse culpable. Es cuestión de reflexionar sobre lo que<br />

todo esto significa.<br />

Molly no respondió, por lo que Anna se apresuró a añadir:<br />

—¿Quieres noticias de la Colonia<br />

La Colonia era <strong>el</strong> nombre que daban a un grupo de americanos que vivían en<br />

Londres por razones políticas.<br />

—¡Por Dios, no! También estoy harta de <strong>el</strong>los. No. Me gustaría saber qué ha<br />

sido de N<strong>el</strong>son; le tengo cariño.<br />

—Está escribiendo la obra maestra americana. Abandonó a su mujer porque<br />

<strong>el</strong>la era una neurótica. Encontró a una chica muy simpática, pero decidió que<br />

también era neurótica y volvió junto a su mujer. Luego decidió otra vez que era<br />

neurótica y la abandonó de nuevo. Finalmente, ha encontrado a otra chica, que por<br />

ahora no se ha vu<strong>el</strong>to neurótica.<br />

—¿Y los demás<br />

—De una manera u otra, ídem.<br />

—En fin, pasémoslos. Conocí a la colonia americana en Roma. Son unos<br />

tipos lamentables.<br />

—Sí. ¿Quién más<br />

—Tu amigo, <strong>el</strong> señor Mathlong... Ya sabes, <strong>el</strong> africano.<br />

—Claro que lo sé. Pues de momento está en la cárc<strong>el</strong>, o sea que supongo<br />

que dentro de un año va a ser primer ministro.<br />

Molly se rió.<br />

—Queda tu amigo de Silva.<br />

—Era mi amigo —dijo Molly volviendo a reír, aunque defendiéndose d<strong>el</strong> tono<br />

crítico de Anna.<br />

—Pues los hechos son como sigue: regresó a Ceilán, con su mujer... ¿Te<br />

acuerdas Ella no quería irse. Bien; él me escribió porque se había dirigido a ti y no<br />

obtuvo respuesta. Decía que Ceilán es maravilloso, muy poético, y que su esposa<br />

esperaba otro niño.<br />

57

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!