09.02.2015 Views

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Y Rex dio comienzo a la sesión. Habló de Stalin en <strong>el</strong> tono sencillo y<br />

respetuoso que ha sido <strong>el</strong> corriente durante años. Yo pensé: «Si cada uno de los<br />

que estamos aquí se encontrara en la taberna o en la calle, hablaría en un tono<br />

muy diferente, seco y penoso». Guardamos silencio mientras Rex pronunciaba un<br />

breve discurso introductorio. Luego, Dick, que acababa de llegar de Rusia (siempre<br />

está de viaje por algún país comunista), mencionó una conversación que mantuvo<br />

en Moscú con un escritor soviético sobre uno de los más duros ataques de Stalin<br />

contra un filósofo:<br />

—Tengamos presente que su tradición polémica es mucho más dura y<br />

demoledora que la nuestra.<br />

Su tono era <strong>el</strong> de soy-un-buen-muchacho-francote-y-sencillo, que yo misma<br />

uso a veces: «Bueno, por supuesto. Ten presente que sus tradiciones legales son<br />

muy distintas de las nuestras», etc. Por mi parte, comienzo a sentirme incómoda<br />

cada vez que oigo ese tono: hace poco me oí a mí misma usarlo y empecé a<br />

tartamudear, pese a que normalmente no tartamudeo. Todos tenemos copias d<strong>el</strong><br />

panfleto. Las palabras de Rex me desanimaron, pues las encontraba absurdas; pero<br />

no poseo preparación filosófica (Rex sí) y tengo miedo de decir estupideces. Con<br />

todo, había algo más. Me embargaba un humor que cada vez es más usual en mí:<br />

las palabras, de repente, pierden sentido. Me sorprendo escuchando una frase, una<br />

expresión, un grupo de palabras, como si pertenecieran a una lengua extranjera. El<br />

abismo entre lo que se supone significan y lo que en realidad dicen parece<br />

infranqueable. Últimamente he estado reflexionando sobre las nov<strong>el</strong>as que tratan<br />

d<strong>el</strong> colapso d<strong>el</strong> lenguaje, como Finnegans Wake, y la preocupación de los<br />

semánticos. El hecho mismo de que Stalin se tome la molestia de escribir un<br />

opúsculo sobre <strong>el</strong> tema es ya un indicio de la inquietud general sobre <strong>el</strong> lenguaje.<br />

Pero ¿con qué derecho puedo criticar nada si, a veces, frases de la más b<strong>el</strong>la de las<br />

nov<strong>el</strong>as me parecen idiotas No obstante, encontraba <strong>el</strong> folleto chapucero, y por<br />

eso dije:<br />

—Quizá sea una mala traducción.<br />

Me asombró mi tono de disculpa. (Sé que si hubiera estado sola con Rex, no<br />

habría hablado como pidiendo excusas.) Al instante vi que había expresado <strong>el</strong><br />

sentimiento de todos: <strong>el</strong> panfleto resultaba malo de verdad. Durante años, frente a<br />

folletos, artículos, nov<strong>el</strong>as y declaraciones procedentes de Rusia, comentábamos:<br />

«Bueno, seguramente la traducción es mala». Me sorprendí ante la escasa<br />

convicción que comuniqué a mis palabras. (¿Cuántos de nosotros debemos acudir a<br />

las reuniones dispuestos a expresar nuestra incomodidad, nuestra aversión, y<br />

luego, una vez comenzada la sesión, somos incapaces de hablar por causa de esa<br />

fantástica prohibición tácitamente establecida) Por último, con un tono que es, en<br />

cierto modo, <strong>el</strong> de la coqueta «niña pequeña», dije:<br />

—Mirad, yo no tengo la preparación necesaria para poder criticarlo desde <strong>el</strong><br />

punto de vista filosófico, pero sin duda esa sentencia que dice «ni superestructura<br />

ni base» es una sentencia clave. Resulta obvio que esto se sale totalmente de las<br />

reglas marxistas. O bien se trata de una idea nueva o de una evasión o de simple<br />

arrogancia.<br />

(Me tranquilizó <strong>el</strong> que, a medida que hablaba, <strong>el</strong> tono de mi voz perdía aqu<strong>el</strong><br />

conciliador matiz de coqueta y se hacía cada vez más serio, aunque excitado en<br />

demasía.) Rex se sonrojó, dio vu<strong>el</strong>tas al folleto, y puntualizó:<br />

—Sí, tengo que admitir que esta frase me ha chocado bastante...<br />

264

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!