09.02.2015 Views

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Se produce un silencio. El vendedor de periódicos de la cara de conejo sin<br />

nariz, grita:<br />

—jGuerra en Quemoy! ¡Guerra en Quemoy!<br />

Reggie decide que no debe haber entendido bien, por lo que sonríe y dice:<br />

—¡Pero, Anna, querida! Usted ha pronunciado la palabra comedia.<br />

—Usted ha tenido la agudeza suficiente para darse cuenta de qué trataba la<br />

nov<strong>el</strong>a: de la nostalgia de la muerte.<br />

Frunce <strong>el</strong> ceño y, esta vez, lo mantiene fruncido.<br />

—Bueno, estoy avergonzada y quisiera hacer algo para compensarle.<br />

Hagamos una comedia sobre la inutilidad de cierto heroísmo. Hagamos una parodia<br />

de esta maldita historia en que veinticinco muchachos en la flor de su juventud y<br />

demás, parten hacia la muerte dejando abandonado tras de sí un montón de osos<br />

de trapo y copas de fútbol, y a una mujer de pie junto a la valla mirando con<br />

estoicismo <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o por donde pasa otra oleada de aviones con destino a Alemania.<br />

Un músculo se tensa en <strong>el</strong> cu<strong>el</strong>lo de <strong>el</strong>la... ¿Qué tal<br />

El vendedor de periódicos sigue gritando:<br />

—¡Guerra en Quemoy!<br />

De repente, me parece que estoy en medio de una escena teatral que<br />

parodia algo. Empiezo a reír. Es una risa histérica. Reggie me está mirando, con la<br />

frente arrugada y con desagrado. Su boca, que antes se había mostrado<br />

constantemente cómplice y deseosa de agradar, tiene un rictus astuto y algo<br />

resentido. Dejo de reír y, súbitamente, toda aqu<strong>el</strong>la racha de risa y palabras<br />

desaparece. Vu<strong>el</strong>vo a estar en mi juicio. Él dice:<br />

—Bueno, Anna. Estoy de acuerdo con usted, aunque debo conservar mi<br />

puesto. Es una idea de una comicidad maravillosa, pero para <strong>el</strong> cine, no para la<br />

t<strong>el</strong>evisión. Sí, lo veo muy bien. —Habla tratando de recobrar la normalidad, pues yo<br />

vu<strong>el</strong>vo a estar normal—. Sería algo bestial, sin duda. Me pregunto si la gente lo<br />

comprendería... —Su boca vu<strong>el</strong>ve a mostrar una expresión de capricho y seducción.<br />

Me mira. Le cuesta creer que hemos pasado un momento de puro odio. A mí<br />

también—. En fin, no sé, quizá resultara. Al fin y al cabo, hace diez años que<br />

terminó la guerra. Pero la t<strong>el</strong>evisión no es eso. Es un medio simple. Y <strong>el</strong> público...<br />

Bueno, ya lo sabe usted, no es que sea muy int<strong>el</strong>igente. Y hay que tenerlo en<br />

cuenta.<br />

Compro un periódico con un titular que reza: «Guerra en Quemoy». Digo, en<br />

un tono ocasional:<br />

—He aquí otro de esos sitios que sólo sabemos dónde está porque ha tenido<br />

una guerra.<br />

—Sí, es terrible lo mal informados que estamos.<br />

—Bueno, no quiero entretenerle más. Tendrá usted que volver a su<br />

despacha<br />

253

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!