09.02.2015 Views

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

comprendía; no comprendía por qué me aturdía cuando él me miraba. Pero desde<br />

entonces he conocido a unos cuantos hombres como él: todos tienen la misma<br />

humildad impaciente y la misma fuerza arrogante y solapada.<br />

George estaba junto a Maryrose, quien tenía los brazos alzados. El p<strong>el</strong>o,<br />

r<strong>el</strong>uciente, le caía sobre los hombros, y llevaba un vestido amarillo, sin mangas.<br />

Tenía los brazos y las piernas de un moreno <strong>dorado</strong> muy suave. Los hombres d<strong>el</strong><br />

campo de aviación estaban como estupefactos ante <strong>el</strong>la. Y George, por un instante,<br />

adoptó la misma expresión de pasmado. De pronto, él dijo algo y <strong>el</strong>la bajó los<br />

brazos, se apeó con cuidado de la silla y se quedó por debajo de él, mirándole con<br />

los ojos alzados. George añadió algo. Recuerdo la expresión de su cara, con la<br />

barbilla salida, agresiva, los ojos intensos y una mirada de envilecimiento estúpido.<br />

Maryrose alzó <strong>el</strong> puño y le golpeó la cara, con toda su fuerza, pues él llegó a<br />

tambalearse. Luego, sin volverse a mirar, subió de nuevo a la silla y continuó<br />

colgando guirnaldas. Jimmy sonreía a George con azoramiento y preocupación,<br />

como si él tuviera la culpa d<strong>el</strong> golpe. George vino hacia nosotros y volvió a hacer <strong>el</strong><br />

pap<strong>el</strong> de payaso de buena fe, mientras los enamorados de Maryrose regresaban a<br />

sus posturas de a<strong>dorado</strong>res sin esperanza.<br />

—¡Vaya! —exclamó Paul—. Me he quedado muy impresionado. Si Maryrose<br />

me diera un puñetazo como ése, supondría que estoy haciendo progresos.<br />

Pero George tenía los ojos llenos de lágrimas.<br />

—Soy un idiota —se lamentó—. Un estúpido. Una chica guapa como<br />

Maryrose ¿qué puede encontrar en mí<br />

—Sí, realmente —respondió Paul.<br />

—Me parece que me sangra la nariz —declaró George, como si buscara una<br />

excusa para sonarse. Luego sonrió, añadiendo—: Estoy en un lío total... Y <strong>el</strong><br />

bastardo de Willi anda demasiado ocupado con su ruso para mostrar ningún<br />

interés.<br />

físico.<br />

—Todos estamos hechos un lío —dijo Paul. Irradiaba un sereno bienestar<br />

—Odio a los jóvenes de veinte años —manifestó George—. ¿Cómo puedes tú<br />

estar hecho un lío<br />

—Es un caso difícil —explicó Paul—, Primero, tengo veinte años. Es decir,<br />

que soy muy nervioso y muestro poca seguridad ante las mujeres. Segundo, tengo<br />

veinte años. Tengo toda mi vida ante mí y, francamente, la perspectiva a menudo<br />

me horroriza. Tercero, tengo veinte años. Estoy enamorado de Anna y <strong>el</strong> corazón<br />

se me está partiendo.<br />

George me lanzó una rápida mirada para averiguar si era verdad, yo me<br />

encogí de hombros. Entonces él se bebió <strong>el</strong> bock de cerveza de un solo trago y dijo:<br />

—En fin, no tengo derecho a saber si alguien está enamorado de alguien.<br />

Soy un canalla y un hijo de puta. Después de todo, esto sería soportable, pero<br />

además soy socialista y militante. Y un cerdo. ¿Cómo puede un cerdo ser socialista<br />

Me gustaría saberlo.<br />

111

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!