09.02.2015 Views

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

direcciones, a nuestro alrededor, había insectos ayuntándose. Los unos<br />

permanecían inmóviles, con las patas clavadas firmemente en la arena, mientras<br />

que los otros, idénticos en apariencia, se mantenían encaramados encima, de modo<br />

que no les dejaban moverse. Cerca de nosotros, uno de esos insectos intentaba<br />

subirse encima de otro, mientras éste le ayudaba como si temiese que las<br />

sacudidas vehementes y frenéticas de su compañero acabaran por hacerles caer a<br />

los dos de lado. Un poco más lejos, una pareja mal ayuntada se caía, y <strong>el</strong> que había<br />

estado debajo se erguía y esperaba a que <strong>el</strong> otro volviera a recuperar su posición,<br />

sin darse cuenta de que otro, idéntico, le quitaba <strong>el</strong> sitio... En fin, nos rodeaban<br />

multitud de parejas de insectos, los unos encima de los otros, mostrando en sus<br />

ojos brillantes y redondos una expresión estúpida. A Jimmy le dio un ataque de<br />

risa, y Paul le golpeó la espalda.<br />

—Estos insectos tan extremadamente vulgares no merecen nuestra atención<br />

—observó Paul.<br />

Tenía razón. Uno de aqu<strong>el</strong>los insectos, o media docena, o incluso un<br />

centenar, hubieran parecido atractivos, con sus élitros de colores brillantes medio<br />

sumergidos entre finas hierbas d<strong>el</strong> color de la esmeralda; pero a miles, con los ojos<br />

negros y abiertos sin expresión, producían un efecto absurdo y obsceno, aparte que<br />

eran la viva representación de la estupidez.<br />

—Es mucho mejor observar las mariposas —dijo Maryrose, poniéndose a<br />

hacerlo.<br />

Eran extraordinariamente b<strong>el</strong>las. En toda la extensión que alcanzábamos a<br />

ver, sus alas blancas agitaban graciosamente <strong>el</strong> aire azul. Parecían como una<br />

neblina blanca y r<strong>el</strong>uciente sobrevolando la hierba verde.<br />

—Pero, ¡mi querida Maryrose! —exclamó Paul—. Sin duda imaginas, en tu<br />

inefable candidez, que esas mariposas c<strong>el</strong>ebran lo alegre que es la vida o,<br />

simplemente, se divierten. El caso, sin embargo, no es ese. Lo que hacen no es<br />

más que perseguir <strong>el</strong> vil goce sexual, lo mismo que esos saltamontes tan vulgares.<br />

—¿Cómo lo sabes —inquirió Maryrose con su vocecita, muy seriamente; y<br />

Paul se echó a reír, con aqu<strong>el</strong>la risa suya tan pletórica y cuyo atractivo conocía<br />

perfectamente.<br />

Acto seguido, retrocedió para colocarse junto a <strong>el</strong>la. Jimmy se quedó solo,<br />

d<strong>el</strong>ante. Willi, que había estado acompañando como un caballero a Maryrose, cedió<br />

su sitio a Paul y se acercó a mí; pero yo ya me había ido al lado de Jimmy, que<br />

parecía abandonado.<br />

—Esto, de verdad, es grotesco —dictaminó Paul, con un tono de sincera<br />

turbación.<br />

Miramos hacia donde él miraba y vimos, en medio de aqu<strong>el</strong> ejército de<br />

saltamontes, a dos parejas que sobresalían d<strong>el</strong> resto. Una la constituían un insecto<br />

enorme y de apariencia todopoderosa, con unas grandes y mu<strong>el</strong>les patas<br />

semejantes a un pistón, sobre cuya espalda había un bicho inútil e incapaz de<br />

encaramarse lo suficientemente arriba. La otra pareja, junto a <strong>el</strong>los, resultaba d<strong>el</strong><br />

todo opuesta: un saltamontes minúsculo montado, casi aplastado, por un insecto<br />

enorme y muy fuerte.<br />

—Voy a tratar de hacer un pequeño experimento científico —anunció Paul.<br />

359

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!