09.02.2015 Views

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Yo veía cómo los ojos de Paul se cernían sobre Jimmy, y cómo éste luchaba<br />

interiormente consigo mismo, de modo que me levanté de prisa y arrojé los<br />

cuerpos fláccidos y de alas caídas a la sombra.<br />

Para entonces se había producido una tensión punzante entre todos<br />

nosotros, y Paul dijo:<br />

—Quiero beber.<br />

—Falta una hora para que abra la taberna —dijo Maryrose.<br />

—Bueno, sólo espero que <strong>el</strong> número requerido de víctimas venga a ofrecerse<br />

pronto... En cuanto suene la hora de la apertura de la taberna, yo me voy. Dejaré<br />

la matanza para otro.<br />

—Ninguno de nosotros sabe disparar tan bien como tú —dijo Maryrose.<br />

—Como tú sabes tanto... —prorrumpió Jimmy, sarcástico, de pronto.<br />

Estaba observando <strong>el</strong> arroyu<strong>el</strong>o de arena. Era ya difícil saber cuál era <strong>el</strong><br />

nuevo hoyo de arena. Jimmy tenía la vista clavada en <strong>el</strong> hoyo más grande, en <strong>el</strong><br />

fondo d<strong>el</strong> cual había un diminuto montículo (<strong>el</strong> cuerpo d<strong>el</strong> monstruo al acecho) y un<br />

diminuto fragmento negro, como una ramita (las mandíbulas d<strong>el</strong> monstruo).<br />

—Ahora, lo único que necesitamos son unas cuantas hormigas —dijo Jimmy.<br />

—Y unos cuantos pichones —replicó Paul antes de añadir, respondiendo al<br />

reproche de Jimmy—: ¿Qué puedo hacer yo si tengo aptitudes naturales El Señor<br />

concede o no concede. En mi caso, ha concedido.<br />

—Injustamente —puntualicé.<br />

Paul me dirigió su encantadora sonrisa de tristeza y reconocimiento. Yo le<br />

sonreí, a mi vez. Sin alzar los ojos d<strong>el</strong> libro, Willi se aclaró la garganta con un ruido<br />

cómico, como <strong>el</strong> de un mal actor. Y ambos, Paul y yo, nos echamos a reír<br />

desaforada e incontroladamente como a menudo les ocurría a los miembros d<strong>el</strong><br />

grupo, ya estuviesen solos, en parejas o todos juntos. Willi siguió leyendo. Ahora<br />

recuerdo perfectamente la forzada postura de paciencia que adoptaron sus<br />

hombros, y la posición apretada y sufrida de sus labios. Pero, en aqu<strong>el</strong> momento,<br />

preferí no darme cuenta.<br />

De pronto, se produjo un gran revoloteo, agudo y sedoso, y un pichón se<br />

posó rápidamente sobre una rama, casi encima de nosotros. Volvió a desplegar las<br />

alas al vernos, pero se quedó allí, dando vu<strong>el</strong>tas sobre la rama, con la cabeza<br />

ladeada y mirándonos. Sus ojos negros, brillantes y abiertos eran como los ojos<br />

redondos de los insectos que copulaban en <strong>el</strong> camino. Veíamos <strong>el</strong> rosa d<strong>el</strong>icado de<br />

sus garras asiendo la rama, y <strong>el</strong> resplandor d<strong>el</strong> sol sobre sus alas. Paul tomó <strong>el</strong><br />

fusil, lo puso casi perpendicular, disparó... y <strong>el</strong> pájaro cayó en medio de nosotros.<br />

La sangre salpicó <strong>el</strong> antebrazo de Jimmy, haciéndole palidecer; pero se limpió sin<br />

decir nada.<br />

—Esto va pareciendo ya repugnante —dijo Willi.<br />

—Lo ha sido desde <strong>el</strong> comienzo —replicó Paul, con mucha calma.<br />

366

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!