09.02.2015 Views

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Saúl, había perdido <strong>el</strong> sentido d<strong>el</strong> tiempo. Miré <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o frío y blancuzco, y también<br />

<strong>el</strong> sol deformado y frío. Me volví caut<strong>el</strong>osamente para inspeccionar la habitación. El<br />

cuarto estaba bastante oscuro, y la estufa de gas r<strong>el</strong>ucía sobre <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o. Saúl estaba<br />

echado, completamente inmóvil. Caminé con cuidado a través d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o, que<br />

parecía alzarse y combarse bajo mis pies, y me incliné para mirar a Saúl. Estaba<br />

dormido, y parecía irradiar frío. Me eché a su lado, haciendo que mi cuerpo<br />

encajara contra la curva de su espalda. No se movió. Entonces, de repente, recobré<br />

<strong>el</strong> sentido y comprendí lo que significaba cuando yo decía: «Soy Anna Wulf y éste<br />

es Saúl Green y tengo una hija que se llama Janet». Me apreté contra él, y él se<br />

volvió con brusquedad, con <strong>el</strong> brazo como si fuera a parar un golpe. Tenía la cara<br />

blanca como un muerto. Los huesos de la cara se le salían a través de la pi<strong>el</strong>. Los<br />

ojos tenían un color gris y sin lustre, propios de un enfermo. Echó la cabeza entre<br />

mis pechos y yo lo abracé. Volvió a dormirse y yo traté de sentir <strong>el</strong> tiempo. Pero <strong>el</strong><br />

tiempo había salido de mí. Estuve echada con <strong>el</strong> peso frío de aqu<strong>el</strong> hombre contra<br />

mí, como junto a un pedazo de hi<strong>el</strong>o, y traté de conseguir que mi carne se<br />

calentara para poder calentar la suya. Pero <strong>el</strong> frío de su cuerpo pasó al mío.<br />

Entonces yo le empujé con cuidado, para que quedara tapado por las mantas y nos<br />

quedamos echados debajo de las fibras calientes. Poco a poco, desapareció <strong>el</strong> frío,<br />

y su carne se calentó junto a la mía. Entonces me puse a pensar sobre la<br />

experiencia de haber sido Charlie Themba. Ya no me podía acordar, como ya no<br />

podía «recordar» cómo había comprendido que la guerra estaba fermentando<br />

dentro de todos nosotros. Aqu<strong>el</strong>lo quería decir que había vu<strong>el</strong>to a recobrar <strong>el</strong> juicio.<br />

Pero la palabra juicio no significaba nada, de la misma manera que la palabra<br />

locura tampoco significaba nada. Estaba oprimida por una conciencia de<br />

inmensidad, por una sensación de enormidad, pero no como cuando jugaba al<br />

«juego», limitada a lo absurdo. Me acobardé y no comprendí por qué razón tenía<br />

que estar loca... o en mi juicio. Al mirar por encima de la cabeza de Saul, todas las<br />

cosas d<strong>el</strong> cuarto me parecieron llenas de malicia y amenazadoras, sin valor y<br />

absurdas. Incluso entonces podía sentir las cortinas muertas y resbaladizas entre<br />

los dedos.<br />

Me dormí y tuve <strong>el</strong> sueño. Esta vez sin ningún disfraz. Yo era la maliciosa<br />

figura masculina y femenina d<strong>el</strong> enano, <strong>el</strong> principio d<strong>el</strong> gozo en la destrucción; y<br />

Saul era mi propia imagen, masculina y femenina, mi hermano y mi hermana, y<br />

bailábamos al aire libre en un lugar desconocido, bajo enormes edificios blancos<br />

que estaban llenos de máquinas horribles, amenazadoras y negras. En <strong>el</strong> sueño, él<br />

y yo, o <strong>el</strong>la y yo, éramos amigos; no éramos hostiles <strong>el</strong> uno para <strong>el</strong> otro, pues<br />

estábamos unidos por la maldad y <strong>el</strong> despecho. En <strong>el</strong> sueño había un terrible deseo<br />

nostálgico, <strong>el</strong> deseo de la muerte. Nos acercamos <strong>el</strong> uno al otro y nos besamos,<br />

enamorados. Era terrible, incluso en <strong>el</strong> sueño me daba cuenta, porque reconocí<br />

aqu<strong>el</strong>los sueños comunes a todo <strong>el</strong> mundo, puesto que la esencia d<strong>el</strong> amor o de la<br />

ternura se hallaba concentrada en un beso o en una caricia, si bien era la caricia de<br />

dos criaturas semihumanas que c<strong>el</strong>ebraban la destrucción.<br />

En <strong>el</strong> sueño había un gozo terrible. Cuando me desperté, la habitación<br />

estaba oscura y <strong>el</strong> resplandor de la estufa era muy rojo. El gran techo blanco<br />

estaba cubierto de una sombra reposada y yo me sentía llena de alegría y de paz.<br />

Me pregunté cómo un sueño tan terrible me podía dejar en tal estado, y entonces<br />

me acordé de Madre Azúcar, y pensé que quizá por primera vez había tenido <strong>el</strong><br />

sueño «positivamente», aunque no supiera lo que esto podía significar.<br />

Saul no se había movido. Yo estaba entumecida y moví los hombros. Él se<br />

despertó, asustado y llamó:-« ¡Anna!», como si yo estuviera en otra habitación o<br />

en otro país.<br />

—Estoy aquí.<br />

502

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!