09.02.2015 Views

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

en política. No era la primera vez. Era demasiado joven para haber contribuido a la<br />

causa de España, pero amigos míos estuvieron metidos en <strong>el</strong>lo; así que <strong>el</strong><br />

comunismo y la izquierda no eran nada nuevo para mí. Willi no me gustaba, y yo a<br />

él tampoco le agradaba. No obstante, nos fuimos a vivir juntos, o lo más posible,<br />

en una pequeña ciudad en que todo <strong>el</strong> mundo sabe lo que haces. Teníamos<br />

habitaciones en <strong>el</strong> mismo hot<strong>el</strong> y tomábamos las comidas juntos. Estuvimos así<br />

cerca de tres años. Sin embargo, nunca nos gustamos ni nos comprendimos.<br />

Tampoco nos gustaba dormir juntos. Claro que yo entonces tenía muy poca<br />

experiencia, pues había ido sólo con Steven y no por mucho tiempo. Pero aun así<br />

me daba cuenta, como Willi, de que éramos incompatibles. Después de haber<br />

aprendido acerca d<strong>el</strong> sexo, sé que la palabra incompatible significa algo muy real.<br />

No significa no estar enamorados, no simpatizar, no tener paciencia o ser<br />

ignorantes. Dos personas pueden ser incompatibles sexualmente y muy f<strong>el</strong>ices en<br />

la cama con otra gente; es como si las estructuras químicas de sus cuerpos fueran<br />

hostiles. En fin, Willi y yo lo comprendíamos tan bien, que no hería nuestro amor<br />

propio..., aunque sí nos afectaba emocionalmente, y ahí estaba <strong>el</strong> problema.<br />

Sentíamos una especie de compasión mutua; los dos nos mostrábamos<br />

permanentemente afligidos por un sentimiento de triste desamparo, debido a la<br />

impotencia para hacernos f<strong>el</strong>ices uno al otro en este aspecto. Pero nada nos<br />

impedía buscar otros compañeros..., aunque no lo hacíamos. Que no lo hiciera yo<br />

no es sorprendente, dada esta cualidad mía que yo llamo letargo o curiosidad, y<br />

que siempre me retiene en una situación durante más tiempo d<strong>el</strong> que debiera.<br />

¿Debilidad Hasta <strong>el</strong> momento de escribir la palabra, nunca se me ocurrió que<br />

pudiera aplicárseme. Pero supongo que sí. Willi, sin embargo, no era débil. Al<br />

contrario, se trataba de la persona con menos escrúpulos que yo he conocido.<br />

Una vez escrito esto, me siento perpleja. ¿Qué quiero decir Él era capaz de<br />

mostrar una gran bondad... Y ahora me acuerdo de que, durante todos aqu<strong>el</strong>los<br />

años, descubrí que todo adjetivo que utilizase para calificar a Willi tenía su<br />

contrario, asimismo apropiado. Sí. He mirado en mis viejos pap<strong>el</strong>es. Encuentro una<br />

lista, titulada Willi:<br />

DespiadadoBuenoFríoAfableSentimentalRealista<br />

Y así hasta <strong>el</strong> final de la página. Debajo escribí: «Por haber escrito estas<br />

palabras acerca de Willi, he descubierto que no sé nada de él. Acerca de alguien<br />

que una comprende, no es necesario hacer listas de palabras».<br />

Pero lo que realmente descubrí, aunque en aqu<strong>el</strong>la época no lo sabía, es que<br />

al describir una personalidad todas estas palabras carecen de sentido. Para<br />

describir a una persona, se dice: «Willi, sentado muy tieso a la cabecera de la<br />

mesa, dejó que sus lentes circulares dest<strong>el</strong>laran hacia las personas que le<br />

observaban y dijo, con solemnidad, y también con cierto humorismo brusco y<br />

desmañado...». O algo por <strong>el</strong> estilo. Pero lo importante es que, y esto me obsesiona<br />

(¡qué raro que esta obsesión se rev<strong>el</strong>ara ya hace tanto tiempo, en aqu<strong>el</strong>las inútiles<br />

listas de palabras opuestas, sin saber siquiera a dónde llegaría!), al admitir que<br />

palabras como bueno/ malo o fuerte/débil no tienen sentido, acepto la amoralidad y<br />

lo hago en <strong>el</strong> instante mismo en que me pongo a escribir «una historia», «una<br />

nov<strong>el</strong>a»; porque, sencillamente, nada me importa. Lo único que me importa es<br />

describir a Willi y a Maryrose, de modo que <strong>el</strong> lector pueda sentirlos como reales.<br />

Después de veinte años de vida dentro y en torno a la izquierda, es decir, después<br />

de veinte años de preocuparme por la cuestión de la moralidad en <strong>el</strong> arte, esto es<br />

todo lo que me queda. ¿Así que lo que estoy diciendo es, de hecho, que la<br />

71

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!