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el-cuaderno-dorado_dorislessing

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—Oh sí, me gustaría mucho. Pero sólo una. Tommy dice que es mucho más<br />

valiente decidir beber normalmente, en lugar de dejarlo d<strong>el</strong> todo. ¿Crees que tiene<br />

razón Yo sí. Creo de verdad que es muy listo y muy fuerte .<br />

—Sí, pero debe de ser mucho más difícil.<br />

Anna vertió whisky en dos vasos, de espaldas a Marión, tratando de pensar:<br />

« ¿Está aquí porque sabe que acabo de ver a Richard Y si la razón es otra, ¿cuál<br />

será».<br />

—Acabo de ver a Richard.<br />

Marion tomó <strong>el</strong> vaso y lo colocó a su lado con una falta aparentemente<br />

sincera de interés, al tiempo que comentaba:<br />

—Ah, ¿sí Bueno, siempre habéis sido muy buenos compinches.<br />

Anna se negó a parpadear ante <strong>el</strong> vocablo compinches; notó con alarma que<br />

la irritación le iba aumentando progresivamente, fortaleció <strong>el</strong> rayo claro de su fría<br />

int<strong>el</strong>igencia, y oyó arriba a Ivor vociferar con toda su alma:<br />

—¡Chuta!, gritaron cincuenta voces entusiasmadas. Y Betty, corriendo a<br />

través d<strong>el</strong> campo como si le fuera en <strong>el</strong>lo la vida, dio un puntapié a la p<strong>el</strong>ota y<br />

metió un gol. ¡Lo había conseguido! El aire vibró con los vítores de las jóvenes,<br />

mientras Betty vislumbraba los rostros de sus camaradas a través de una neblina<br />

de lágrimas de f<strong>el</strong>icidad.<br />

—¡Me gustaban tanto estas maravillosas historias de colegio, cuando era<br />

niña! —la voz de Marion adquirió un timbre juvenil, y suspiró.<br />

—Yo las odiaba.<br />

—Es que tú siempre has sido una chica muy int<strong>el</strong>ectual.<br />

Anna se sentó entonces con <strong>el</strong> vaso de whisky y examinó a Marion. Llevaba<br />

un traje caro de color marrón, claramente nuevo. El p<strong>el</strong>o oscuro, algo gris, acababa<br />

de ser ondulado. Los ojos, castaños, le brillaban y tenía las mejillas rosadas. Era la<br />

viva estampa de la matrona pletórica, f<strong>el</strong>iz y viva.<br />

—Y por eso he venido a verte. La idea fue de Tommy. Necesitamos tu<br />

ayuda, Anna. Tommy ha tenido una idea maravillosa, de veras creo que es un chico<br />

muy int<strong>el</strong>igente... Bueno, pues los dos hemos creído que te lo debíamos pedir a ti.<br />

En este punto, Marion sorbió <strong>el</strong> whisky, hizo una ligera moue de d<strong>el</strong>icado<br />

disgusto y, dejando <strong>el</strong> vaso, continuó en aqu<strong>el</strong> tono parlanchín:<br />

—Gracias a Tommy, me acabo de dar cuenta de lo ignorante que soy.<br />

Empezó al leerle los periódicos. Nunca había leído nada. Y, claro, ¡él está tan bien<br />

informado! Me explica las cosas, y realmente me siento una persona muy distinta,<br />

terriblemente avergonzada por no haberme preocupado nunca más que de mí<br />

misma.<br />

—Richard mencionó que ahora te interesabas por la política.<br />

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